Un tiroteo en el Parque Garrido el pasado sábado a las 2:20 horas dejó un fallecido y una mujer en estado crítico. El presunto asesino fue detenido el domingo por la policía. Los vecinos vivieron asustados al escuchar los disparos que retumbaron por sus calles.
Texto: D.G.C.
Hoy lunes, dos días después del crimen, Garrido trata de reponerse. E.J. fue cercana a Chema, el hombre asesinado. «Lo conocía de toda la vida, aunque no fuésemos amigos. Era majísimo, muy buena persona y alegre, tiene dos hijas y estaba divorciado». Ester jugaba con él y sus hermanos, sobre todo con Carlos cuando su padre, Alejandro Rafa, pediatra, compró terrenos en Monterrubio de Armuña. «Carlos salía en nuestra pandilla cuando éramos pequeños», recordó E.J.
«Venían los sábados y los veranos al pueblo. Tuve contacto con el hermano hasta los quince años. A Chema lo saludaba cuando coincidía con él por Garrido», dijo E.J. También habló de su madre, «cuidaba de uno de sus hijos con parálisis cerebral. Estaba dedicada a él por completo. Salía para lo indispensable y podías verla asomada en el balcón», aseguró E.J.
Está consternada por lo sucedido. «No lo podemos creer, en el pueblo estamos todos en shock. No te puedes imaginar que una persona que conoces de toda la vida acabe así. Salió a celebrar el cumpleaños con una amiga y al volver a casa lo asesinan», dijo E.J.
También está preocupada por el hijo de Belén, la mujer en estado crítico. Este tiene también parálisis cerebral, un vínculo que compartirían ambas víctimas. «La peluquera de aquí al lado atendió a Belén aquel día, la peinó para su fiesta de cumpleaños», concluyó E.J.
«Conocía a Belén de vista. Una pareja que yo tuve había ido con ella al colegio», dijo C.C., un vecino de Garrido. Asegura que la mujer acudía con frecuencia al bar de los Pepes y al bar Ciclón, lugar donde ocurrieron los primeros incidentes. «Estamos perplejos. En el barrio se respira inseguridad», concluye.
Todo comenzó supuestamente con una discusión en el bar Ciclón, sitio elegido por Belén para celebrar su cumpleaños. El presunto agresor acudió al bar acompañado, mientras que Belén estuvo acompañada por Chema y otra amiga para festejar su cumpleaños. R.Sa. especula que todo pudo comenzar por una silla, pero parece que la tensión se produjo cuando Belén rechazó al ahora detenido.
Otros vecinos como C.M. cuentan que «se metió con ella. El presunto agresor tiró las sillas y las mesas. El regente del bar lo echó, pero antes de marcharse mencionó que él se libraba por ser el dueño, pero que a los otros dos les pegaría un tiro», pero por el momento esto deberá confirmarse en sede policial y judicial.
Algunos escucharon los disparos, como es el caso de P.F. «Me asusté, es algo que no oyes normalmente, y también vi policías correr seguidos por otros coches. Estamos más seguros sabiendo que el asesino no anda por la calle», dijo esta mujer.
Los vecinos que conocían a Belén, aunque fuese de vista, llegan a la misma conclusión. La consideran una gran madre, dedicada por completo a su hijo con parálisis cerebral. Coincidía con ellos en los bares de la zona, cuando salía con sus amigos a descansar. Todos están conmocionados por las dos víctimas.
A.M. regenta un bar al que Belén acudió algunas veces a tomar cerveza o para consumir en el comedor. «Venía con sus amigos, era una chica normal», dice. También lamenta la mala imagen que da al parque el trágico suceso.
Otros vecinos piensan igual, como C.M., «últimamente el barrio está muy mal. Han atracado el estanco hace poco. Las clientas no quieren venir a la peluquería por estar en el Parque Garrido. Lo que era este barrio y lo que es ahora».
Los más cercanos a las víctimas no han querido hacer declaraciones, como son las empleadas de la farmacia situado justo abajo del piso donde Belén vivía, ni el Bar Ciclón, lugar donde comenzó la discusión.