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Opinión

Cuatro elementos 2. Tierra a la vista

Imagen de Jose Antonio Alba en Pixabay

[dropcap]Y[/dropcap] en cuanto nacemos aterrizamos. No pondremos aún los pies en la tierra, alguien que ahí ya los tenga nos sujetará, se ocupará de nosotros, nos impedirá caer. Seguro que deberemos hacer lo mismo por alguien más adelante.

Los pies en la tierra. Una tierra que quizá se encuentre justo bajo nuestros pies desnudos, bajo nuestros pies vestidos o incluso bajo el asfalto. Una tierra que todo lo sujeta, si hasta llamamos así al planeta. Bueno, en algunos idiomas.

La que nos da todo, la que permite que todo florezca, la que presenta planicies infinitas y escarpadas cuestas, que según te dé, serán hacia arriba o hacia abajo. La que es roca y arena, la que es un vergel o también yerma. La que nada te pide, paciente todo te ofrece y siempre te espera.

La que recorres y en la que te estableces, la que tú decides, a la que quieras o no perteneces. La que no se detiene y te engaña haciéndote creer que es lo único que no se altera. La que guarda hielo y fuego. De la que surgen todas las preguntas e ideas, la que atesora todas las respuestas.

La que ha contemplado impasible todo lo sucedido, la que estaba antes que tú, la que seguirá estando cuando tú te hayas ido.

La que sabe sujetar las raíces para que crezcan los troncos, hojas y frutos. La que aprovecha como alimento hasta el último desperdicio, capaz de encontrar utilidad en cada paso de todo ciclo, hasta de recuperarse tras la quema. Es vieja, pero no hay un año al que le falte la primavera.

En la tierra se encuentran el sentido y el premio a lo que hayamos trabajado. Nunca engaña pero tampoco tiene atajo. Si quieres una zanahoria hoy, ya deberías haberla plantado, si no, solo tendrás el palo.

La tierra es camino, casa y ejemplo. ¿Por qué vas a operar de distinta manera? Echa raíces, coge impulso desde ella y vuela. Descubre horizontes y siembra. Aprende que la quietud también es movimiento. Que arriba nadie se queda.

Acepta los giros que te plantea. También sus cambios. Es marrón en otoño e invierno, verde en primavera y en verano, amarilla. Estar en la tierra es estar en la vida. Los pies sobre ella. La cabeza bien arriba. Para ver, para pensar, para imaginar. Imagina, piensa, ve.

Por el agua no te preocupes, hay suficiente estés donde estés, solo evita los desiertos. La tierra te da y te sujeta. Una mitad ambición, la otra paciencia.

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