Pitingo puso este sábado el broche final a las actividades de la jornada de las no ferias de Salamanca con un concierto en el campo de fútbol de Puente Ladrillo algo desangelado, porque se vendieron pocas entradas, cuyos precios oscilaban entre 20 y 25 euros.
Media hora antes del concierto apenas había doble punto gris en el mapa del campo de butacas, que son las localidades ocupadas.
Pitingo llega a Salamanca para presentar su nuevo trabajo discográfico “MESTIZO Y FRONTERIZO”. Pitingo, que es andaluz, mestizo y fronterizo, continúa manteniendo el rumbo intercultural fiel a sus raíces flamencas, esas que le obligan a seguir hermanándose con ecos afroamericanos. Comienza un viaje de melómana hibridación que nos hará mover el cuerpo y las manos, libres, a compás, y desembocará en la interpretación de himnos generacionales para la hermandad del ser humano.
Pitingo es un joven que reinventa los cánones del flamenco con afinación, compás y conocimiento. Unos credenciales a los que añade su fecunda inventiva, para hacer de una emocionante idea “El Soul a Ritmo de Bulerias”, una maravillosa realidad: “ La Soulería”, soul a ritmo de bulerías. Y así abre Pitingo esta nueva aventura, Mestizo y Fronterizo, con ecos del Continente Negro, sonidos de una infame esclavitud dichos con cantares de gaditanas carceleras gitanas, la bajo-andaluza toná grande del desheredado, para marchar sobre el compás flamenco hasta alcanzar la costa del Nuevo Mundo y reencontrarse con el hermano afro, abogando por el “Fuera cadenas”.