El 14 de marzo del 2020 la taquilla de una compañía de autobuses que opera en la estación de autobuses cerró como consecuencia de la pandemia. Año y medio más tarde es la única empresa que continúa con la ventanilla clausurada. La Federación de Ciudadanos de Salamanca (Fecisa) solicita la vuelta a la normalidad por los problemas que genera a las personas mayores la presente situación
Por: David García-Cervigón Romero de Ávila
Fecisa ha enviado un comunicado a la Compañía ALSA donde pide la reapertura de su ventanilla en la estación de autobuses. «Hay una persona que está detrás de la ventanilla por si ocurre algo, pero no atiende», informa Marisa Martín, presidenta de Fecisa.
En la ventanilla de dicha compañía cuelga un cartel que manifiesta: ‘Permanecerá cerrada por causa de fuerza mayor por el estado de alarma del Covid 19’. «Pero este ya no existe. Pensamos que el problema no es el que exponen sino tal vez otras intenciones», denuncian desde Fecisa.
La digitalización de la venta de billetes ha supuesto un problema para la población envejecida. «Un día vi a una señora mayor que estaba llorando en la estación de autobuses. Tenía que ir a Palencia y no podía, no disponía de tarjeta de crédito para sacar el billete», señala la presidenta de Fecisa.
«Desde ALSA se viaja a toda la geografía española. Esta situación supone un grave inconveniente para los mayores que no tienen por qué tener una tarjeta de crédito y no saben utilizar las máquinas de la estación de autobuses», manifestó Marisa Martín.
Desde Fecisa señalan que ésta no es la única razón por la que debería estar abierta la ventanilla de ALSA. «La atención personalizada es importante también para cambios en los viajes, las plazas, horarios o cualquier otro imprevisto de última hora. Las personas mayores tampoco pueden acceder a estos servicios», manifestaron en su escrito.
El comunicado que Fecisa envió a la Compañía ALSA también la remitieron a todas las fuerzas políticas de Salamanca, incluido el alcalde. Marisa Martín, presidenta de Fecisa manifestó que «ha transcurrido más de un mes y nadie nos ha contestado. Tampoco lo han llevado a pleno».
En Fecisa añaden al anterior problema la cuestión de la temperatura en la estación de autobuses. «El techo es de vidrio, el calor se filtra y aquello es un horno. No encienden el aire acondicionado en verano ni la calefacción en invierno. No podemos consentir esto en una estación de autobuses recién reformada», concluyó Marisa Martín, presidenta de Fecisa.