Opinión

La inevitable reforma sanitaria de Castilla y León

Un médico trabajando en su despacho. Foto. Pixabay.

 

[dropcap]L[/dropcap]as pasadas semanas el gobierno de coalición PP-Ciudadanos de Castilla y León ha vivido una crisis política como consecuencia de las limitadas medidas de reforma del SACyL propuestas por la Consejera de Sanidad Doña Verónica Casado. La consejera, médico con una amplia trayectoria en la asistencia sanitaria a pie de calle, sabe sin duda que el sistema sanitario de Castilla y León necesita de una reforma más profunda que la que ella misma planteaba, pero el cortoplacismo y el posibilismo de la gestión política es lo que tiene. Aún así el plan fue frenado en seco en la Cortes de CyL por extraños compañeros de cama: PP y PSOE, a los que no estamos acostumbrados a ver yacer juntos. Pura resistencia al cambio. “Es lo que hay” que dicen los modernos.

El sistema sanitario público es un bien esencial cuya reforma, necesaria e inaplazable, debería contar con un amplio consenso que garantizase que, gobierne quien gobierne en CyL en las próximas décadas, se respetaría por todos (PP, Ciudadanos, PSOE y Unidas Podemos), una cuestión difícil de pensar tal y como está el patio político de este país en general y de CyL en particular. A modo de esbozo planteo un decálogo de ideas sobre las que debería pivotar un plan de estas características.

Compromiso con el sistema sanitario público como el único que puede garantizar una asistencia sanitaria de calidad para todos los ciudadanos de Castilla y León. Este compromiso debe llevar aparejada la priorización del gasto sanitario público en SACyL y la renuncia expresa a extraer recursos públicos para la sanidad privada.

Garantizar la sostenibilidad del sistema dotándole de los recursos suficientes para asegurar su sostenibilidad durante los próximos 20 años. Ello exigiría incrementar el porcentaje del PIB dedicado a Sanidad hasta alcanzar al menos el 9%, un porcentaje similar al que dedican Francia o Alemania en la actualidad. Los fondos europeos para la recuperación son una oportunidad única que difícilmente volverá a tener lugar.

Reordenación de los recursos sanitarios existentes en la actualidad y de los que sea necesario crear para adaptarlos a la realidad social de CyL, teniendo en cuenta la extensión del territorio, la dispersión social y la inevitable concentración de recursos, a la vez que se garantiza la asistencia a pequeños núcleos de población.

Establecer una cartera de servicios y un sistema de actualización permanente de la misma, con definición de los recursos necesarios para cada prestación asistencial que se ofrezca, para que los ciudadanos conozcan expresamente que está incluido y que está excluido de dicha cartera. Ello conlleva la inevitable priorización de los servicios que necesita la mayoría de la población.

Dotación de los recursos humanos y tecnológicos necesarios para garantizar las prestaciones incluidas en la cartera de servicios.

Reconocimiento del papel esencial de los profesionales sanitarios para alcanzar los objetivos de la organización, que lleva implícito una modificación radical de la política de recursos humanos en base a ofrecer contratos dignos que incluyan estabilidad laboral y un salario acorde a las responsabilidades de cada profesional, que permita atraer y retener el talento.

Reforma sustancial de la Atención Primaria para devolver a la misma el sentido comunitario que es consustancial a la medicina de familia, y su papel esencial en el mantenimiento de la salud, la prevención y tratamiento de la enfermedad, facilitando la accesibilidad de los ciudadanos a sus médicos de familia y a sus profesionales de enfermería.

Ello debe llevar inevitablemente compensaciones para los profesionales que acepten prestar sus servicios en zonas de difícil cobertura (zonas alejadas y de difícil acceso).

Reordenación de la Atención Especializada en base a la red asistencial actual de hospitales recientemente reformados, así como el establecimiento de mecanismos de colaboración entre hospitales que permitan aportar los recursos de los hospitales más grandes, lógicamente mejor dotados, a los más pequeños, para tratar pacientes agudos. Igualmente es necesario  aprovechar los recursos necesarios para la asistencia a los pacientes crónicos en hospitales más próximos y accesibles, así como la colaboración estrecha con la Atención Primaria. El médico especialista puede y debe salir del hospital.

Definir la colaboración con la red de asistencia social para una colaboración fluida entre ambas redes asistenciales que permita el tránsito de pacientes desde la atención primaria y especializada a los recursos de asistencia social.

10º Implicar a los profesionales sanitarios en la gestión del sistema mediante un método de gestión participativa real y de tipo horizontal, con profesionales de reconocida solvencia en la gestión pública de recursos sanitarios y eliminar la ocupación de los puestos de gestión por las afinidades políticas o de partido, en muchos casos sin ninguna capacitación para el cargo.

Una reforma de estas características necesita de una voluntad inequívoca de llevarlo a cabo contando con todas las instituciones implicadas (autonomía, diputación, ayuntamientos) y sabiendo que existirán resistencias al cambio mediatizadas por el inmediatismo político de los votos, especialmente a nivel local, por lo que, como señalaba al principio, es imprescindible un pacto sanitario gestado por políticos con la altura de miras necesaria; además exigirá de un esfuerzo pedagógico y de comunicación inmenso para explicar a la población la inevitabilidad del mismo y la garantía de que, en ningún caso, saldrán perjudicados los sectores más débiles de la sociedad castellano leonesa.

En el pasado existen ejemplos, como la concentración de los centros escolares en cabeceras de comarca o la propia zonificación de las zonas de salud, que permitieron ofrecer a todos los ciudadanos de Castilla y León una educación y una sanidad mejor. Si entonces fue posible, a pesar de las indudables resistencias al cambio que existieron, ahora debería serlo. Nos jugamos mucho, nada menos que el progreso y el futuro.

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