Julia Navarro presentó su nueva obra De Ninguna Parte el pasado miércoles en Salamanca. La aclamada novelista ha cautivado a millones de lectores con las novelas que ha publicado hasta la fecha
Julia, como escritora, ¿cuál es su motivación a la hora de escribir?
La verdad es que no sabría hacer otra cosa, llevo toda mi vida escribiendo. Mi motivación es esa, que llevo toda mi vida escribiendo historias. Como periodista escribía historias reales y como novelista escribo historias fruto de la imaginación. Al final se trata de contar historias.
La clave de una novela son los personajes. ¿Cómo crea usted a los suyos?
No sé cómo los creo, la historia viene con los personajes y van tomando forma según voy pensando la historia. Creo que tengo unos instrumentos poderosos a la hora de construir la historia, y es la experiencia que llevo a las espaldas de haber ejercido tantos años la profesión periodística.
Para mí el periodismo es lo que me ha dado las herramientas para escribir historias. El periodismo te facilita vivir muchas vidas, conoces a gente que no habrías conocido de otra manera y vives en primera línea los acontecimientos de todo tipo.
Entonces, Julia, ¿recomienda a quienes quieran ser escritores que se dediquen al periodismo?
No recomiendo nada. A la literatura no tienes porqué llegar a través del periodismo, cada uno llega de una manera diferente. No hace falta ser periodista para escribir novelas. Sería absurdo pensar que uno tiene que ser periodista para ser novelista. Lo único que quiero decir es que a mí el periodismo me ha facilitado mi trabajo como escritora.
En su última novela, ¿algunos de los personajes se basa en alguna persona que haya conocido usted?
No. De todas maneras nada parte de cero, todos somos producto de lo que hemos vivido, leído, escuchado y de lo que hemos conocido. Vas viviendo y las experiencias se quedan en el disco duro, y este está ahí a la hora de escribir novelas. Cuando escribes echas mano de ese disco duro.
Cuando está escribiendo una novela, ¿a quién le envía los primeros borradores para que le den su opinión?
No le dejo leer mi novela a nadie hasta que la he terminado y corregido. Mi primer lector es mi marido, pero una vez que está terminada, corregida y que voy a entregar la novela a la editorial. El segundo lector es mi editor. Nunca consulto mientras escribo. Hay muchas formas de escribir, hay escritores que le van pasando capítulos a sus editores, pero yo lo hago de esta forma que he explicado.
¿En qué momento decidió que De Ninguna Parte trataría los temas que aborda la obra?
De Ninguna Parte es una novela que nace de mis preguntas, de porqué en las últimas décadas el terrorismo de raíz islámica ha azotado de forma cruenta a occidente. Qué está haciendo Europa ante la inmigración, desde mi punto de vista no hay una respuesta adecuada. No se trata con la dignidad que se merece a todas esas personas que vienen a vivir entre nosotros huyendo de la guerra y la violencia. Esta novela refleja un tema que se ha escapado de las páginas de los periódicos.
En esta novela yo planteo el problema de la inmigración: cuando alguien deja su casa, su familia, todo lo que le era cercano e importante. Lo hacen por una razón poderosa, huir de la violencia y la guerra, están intentando salvar la vida. El comportamiento de Europa con los inmigrantes es manifiestamente mejorable.
Su novela gira en torno a dos personajes que están marcados por su pasado. ¿Cree que se puede escapar de este pasado para que no condicione nuestro futuro?
Por supuesto. La última palabra siempre la tenemos nosotros. Al final el hombre es libre, puede elegir. No hay duda de que las circunstancias que cada uno tiene en su vida son como piedras que uno lleva en su mochila. Esas piedras pesan y te impiden ir por el camino que tú quieres ir, pero la última palabra la tienes tú.
Hay personas que con las mismas circunstancias toman decisiones distintas. No todo el mundo porque tenga circunstancias determinadas actúa de la misma manera. Todos somos distintos y tenemos la última palabra sobre nuestra vida.
Como periodista me llama la atención el personaje de Helen. Tiene que decidir si transmitir el comunicado que los terroristas han enviado a su canal. ¿Los periodistas debemos comunicar esta información? ¿Usted habría actuado igual que Helen?
Yo nunca hubiese dudado. No creo que nadie tenga derecho a hurtar a los ciudadanos la información. El deber de los periodistas es contar lo que pasa, esa es nuestra misión y no somos quiénes para decidir lo que los ciudadanos deben o no saber. Los ciudadanos tienen derecho a saber absolutamente todo.
Eso sí, la noticia hay que contextualizarla. Si hay un comunicado que te manda una banda terrorista, tendrás que decir que es una banda terrorista y explicar lo que hay detrás de esa banda. Pero hay que transmitirlo, no tengo ninguna duda.
Julia, su obra aborda los problemas de convivencia entre los europeos y las personas que viene al continente buscando una vida mejor. ¿Conseguiremos evitar estas disputas?
Creo que si somos capaces entre todos de respetar el espacio público, en la sociedad democrática todos decidimos cuáles son las reglas con las que queremos vivir. Los que vienen no pueden tener ni un derecho menos que nosotros. Luego en su casa cada uno reza a quien le da la gana.
También hay que ponerse en la piel de las personas que vienen, llegan con unas costumbres diferentes y de repente tienen que adaptarse a una sociedad con una escala de valores diferentes. Lo que trato en el libro son los problemas que vivimos en la sociedad actual pero que la gente no quiere afrontar, esta división entre occidente y oriente.
Por último. ¿Cómo se ha documentado para escribir esta novela?
Todo está contado en los periódicos. Algunos piensan que tienes que hacer un trabajo de investigación exhaustivo, pero no. Yo he trabajado muchos años en los medios de comunicación, y si uno lee atentamente los periódicos encuentras tantas historias y relatos que no te hace falta bucear en ningún archivo especial.