José Luis Gil sufrió un ictus isquémico el pasado 4 de noviembre. La noticia ha sido dada a conocer hoy por la familia a través de un publicado en Mediaset.
El aclamado actor, conocido especialmente por su papel en la serie La que se avecina, sufrió un ictus isquémico el pasado 4 de noviembre y ha estado ingresado en el hospital de Nuestra Señora del Rosario hasta el 26 de noviembre, momento en que ha sido dado de alta para que regrese a casa donde continuará su recuperación con sus seres queridos.
«La familia de José Luis Gil agradece la profesionalidad y la calidad humana desempeñada por todo el equipo de la clínica madrileña en su intervención e ingreso. Confían en que la rehabilitación, el tiempo y el acompañamiento ayuden a su pronta y total recuperación», dijo la familia en el comunicado a través de Mediaset.
Al querido actor le toca ahora continuar la rehabilitación para minimizar las secuelas que pueden quedarle tras el ictus. El objetivo es que pueda recuperar su antigua vida y poder volver a la normalidad lo antes posible. La familia reconoce que será un proceso lento, pero lucharán todos los días.
Desde Mediaset aluden lo que la familia siente con la nueva etapa que se les presenta a partir de ahora: «Empieza un periodo clave, de trabajo y esfuerzo, en el que la tranquilidad es muy importante. Para ello, quieren agradecer todas las muestras de cariño y afecto que están recibiendo y solicitan a los medios de comunicación y a sus seguidores que sean respetuosos como siempre lo han sido». La familia deja claro que el actor está fuera de peligro.
Las redes sociales se han volcado con José Luis Gil a través de miles de mensajes de apoyo y deseándole una pronto recuperación. Su público desea que salga lo más indemne posible de este contratiempo y sueñan con volver a verle en la pantalla de sus salones.
Los amigos personales del actor también se han pronunciado en público. Es por ejemplo el caso de Alberto Caballero, guionista de La que se avecina: «Mucha fuerza y ánimo a todos, especialmente a José. Llevamos 18 años trabajando juntos y nos quedan como mínimo otros tantos. Mas que un amigo, es familia. ¡Ánimo hermoso! Te queremos un huevo».