Es uno de los magníficos del concurso ‘Saber y Ganar’. Explica la magia del concurso, desmiente la leyenda que Jordi Hurtado no existe y cuenta anécdotas del programa. Además, lleva casi una década como jefe de Protocolo de la Universidad de Salamanca
Jero, ¿qué sería de esta institución sin el protocolo?
Si no tuviera protocolo, la Universidad sería otra cosa distinta. La Universidad es puntera en muchos campos, está a la vanguardia, pero no puede ni debe renunciar a su pasado. La Universidad es la institución más antigua que existe en occidente, después de la Iglesia Católica, me gusta mucho recordar este dato, a lo largo de tantos siglos atesora una serie de tradiciones y al mismo tiempo se mantiene viva. La Universidad de Salamanca, al ser la más antigua, de las que existen en España hoy, pues las tradiciones las vive de una manera especial e intenta proyectar a la sociedad esa herencia cultural que nos hace singulares.
Jero Hernández saliendo del Paraninfo, lugar donde se realizan las ceremonias de Hornoris Causa.
¿El protocolo sirve para vincular lo actual con la tradición?
Creo que el protocolo, en cualquier institución, es sobre todo algo que te permite relacionarte con el exterior, con tus propios públicos y también con los externos, con lo que es tu realidad y lo que son otras instituciones, para colaborar y progresar juntos. El protocolo universitario tiene la peculiaridad que la comunicación la establece a través de una serie de símbolos que tienen origen medieval, pero que no pueden aplicarse como lo hacían entonces, por lo que es una de las mayores riquezas que tiene en su conjunto.
¿Es muy rígido?
La Universidad de Salamanca tiene una ceremonia de investidura Hororis Causa que está hecha en latín, con un ceremonial establecido, no es tanto rígido, como algo definido, que no evoluciona para mantenerse, tiene que tener cierta estabilidad, pero está actualizándose constantemente, por los cambios en la estructura de la propia Universidad, de la sociedad, la manera en la que personajes importantes acuden a ella, por lo que hay que estar en constante evolución para no quedarnos anclados en el pasado.
¿La Honoris Causa es la ceremonia más importante que tiene la Usal?
Posiblemente sea la más rica en símbolos, porque alude a las antiguas ceremonias en las que el candidato obtenía el grado máximo, que es el de Doctor. El ceremonial que conservamos, con una serie de vicisitudes históricas y culturales, es una adaptación que se hizo en los años 50, cuando la Universidad Española recupera la capacidad de dar el doctorado, además de la de Madrid que lo conservó siempre. Ese ceremonial en lengua latina nos vincula con nuestro pasado más esplendoroso.
¿Es muy difícil ponerse de acuerdo con los otros jefes de protocolo?
En general, la adaptación es muy buena. A las personalidades extranjeras les sorprende mucho las tradiciones de la Usal. Recuerdo un Premio Novel, el doctor Paul Maxime Nurse, que conocía la historia de las universidades británicas, que también es muy rica. Disfrutó mucho con la ceremonia, le pareció muy interesante todos los símbolos que se utilizan en estas ceremonias, los birretes, los trajes, tan distintos a los de su país, y al mismo tiempo le parecía muy estimulante y en un ámbito que no era conocido por él. En general, todos marchan muy felices después de haber participado en una ceremonia de este estilo. A algunos les impresiona mucho el cortejo, el colorido, que es una de las herencias culturales. Es algo muy grato para los que no le conocen en absoluto.
Jero Hernández paseando por el claustro de la Universidad.¿Le cuesta mucho convencer a los rectores –en su caso ha trabajado ya con seis- de que el protocolo es esencial para que funcione la Usal?
No me cuesta, porque cualquier rector de la Universidad de Salamanca se da perfecta cuenta de lo que representa esta institución y la importancia de la figura del Rector como representante más visible de todo. Las ceremonias son algo que pueden vincularnos excesivamente al pasado, pero al mismo tiempo forma parte de nuestro patrimonio y nos define. En ese equilibrio, entre tradición y modernidad vamos viviendo y vive la institución.
¿Es necesario tener mucha mano izquierda en protocolo? o es más bien, ¿que la mano izquierda no sepa lo que hace la derecha?
Las dos cosas son muy importantes. Tenemos que tener en cuenta que en protocolo trabajamos con personas y ellas tienen necesidades e intereses diferentes y el departamento de protocolo está en medio haciendo que todo encaje. Tenemos que buscar los puntos de unión y minimizar las diferencias. Y también es muy importante la segunda parte, la discreción, y no hablo de secretos de Estado, más bien de ser capaz de saber qué necesitan todas las personas con las que te relacionas. Tienes muchas cartas para conseguir que todo el mundo quede satisfecho. Si tú no buscas en todo momento el equilibrio, es posible, que si existe un problema se convierta en algo más grande o que puedas desaprovechar una oportunidad en que todas esas personas tan distintas puedan confluir para que puedan hacer algo en común que satisfaga a todos ellos y que tengan ganas de colaborar en un futuro.
¿Hay que ser protocolariamente correcto en televisión?
La tele tiene una magia singular, muchas veces, aunque tú te comportes de la mejor manera posible, cualquier detalle, gesto o palabra es más grande de lo que es. Luego está la personalidad y el talento de cada uno. He visto a compañeros que se comportan de manera fantástica porque son simpáticos y divertidos y tienen esa telegenia especial. Lo importante es dar una imagen buena, sonriente y grata aunque los momentos de cansancio hacen que tengamos una cara…
¿Cuántos programas graban al día, tres?
Bastantes más (risas) Normalmente, se está grabado el día entero. Son jornadas muy intensas para interferir lo menos posible con el trabajo y los estudios de los concursantes.
Jero Hernández, en uno de los programas de ‘Saber y Ganar’.¿Qué tiene de fascinante o seductora la pequeña pantalla? ¿El pilotito rojo de la cámara?
El pilotito rojo, si soy sincero, no lo veo nunca. A veces, te preguntan si impone la luz roja, como son tantas horas allí, al cabo de unos minutos no te das cuenta de que te están viendo miles de personas. Estás allí como en un trabajo, en familia o los amigos, jugando, que al fin y al cabo es de lo que se trata. La magia que tiene es que te acerca a muchas personas, que luego te paran por la calle, te saludan, son cariñosas, te preguntan. Te conviertes en uno más de su familia y te comentan: ‘comemos contigo todos los días. Sufrimos cuando te va mal y nos alegramos cuando ganas’. Esto a mí me encanta porque te hacen sentir mucho cariño.
¿Qué le ha aportado a usted ‘Saber y Ganar’?
Sobre todo el conocer a mucha gente estupenda y hacer muy buenos amigos, no sólo dentro también fuera del plató, personas con las que pasas muchas horas y la experiencia es tan intensa y emocionante. Además de las personas, que son muy importantes, es un estímulo intelectual para crecer. No sólo aprender preguntas triviales o de cultura general, lo buenísimo que tiene ‘Saber y Ganar’ es que está sembrando la curiosidad constantemente y hace que te preguntes desde un autor literario, ver una película, étc. Es un estímulo para ese aprendizaje a lo largo de toda la vida en el que todos deberíamos estar inmersos. A mí, desde luego, me ha empujado mucho.
¿Es competitivo?
Creo que no.
Pero, ¡si está en un concurso!
Vamos a ver. (Risas)
Reformulo la pregunta. ¿Le gusta ganar?
Claro que me gusta ganar, pero se puede ganar de muchas maneras. En ‘Saber y Ganar’ lo bueno que tiene es que si ganas, avanzas, pero cuando pierdes tienes una oportunidad de salvarte, no es que pierdes por los otros concursantes, es porque tú lo has hecho mal en el terrible reto. Creo que ser competitivo tiene un matiz de machacar al otro concursante.
Jero Hernández, como concursante de uno de los programas más longevos de la televisión.También puede ser como una superación personal, más que como humillación…
Tiene razón porque tiene ambos matices. Lo de hundir al rival, en absoluto. Lo de superarme cada día, sin duda. El objetivo es ganar y superarse sin machacar al contrario y sin que te machaquen a ti.
Corre la leyenda de que Jordi Hurtado no existe… ¿Es tan majo como parece?
Conocí a Jordi Hurtado en 2011, puedo asegurar que allí estaba, (risas) que es de carne y hueso y allí continúa con una brillante trayectoria profesional. Es asombrosa su energía, su estímulo, como mantiene el programa. Siempre animado, siempre sonriente después de horas y horas de grabación. Parece que acaba de llegar. Quizá los concursantes vivimos otro tipo de preocupación, porque nos pueden eliminar, pero es absolutamente meritorio el trabajo de Jordi Hurtado para mantener activo y vivo el programa. Creo que los 17 años y pico que lleva en antena lo demuestran.
Lo acabo de ver en la tele. ¿Todo es mentira en los programas de televisión o contestan realmente?
Ya lo creo que contestamos realmente (risas) y también se pasan muchos nervios. Lo que sí sucede en la tele es que muchas cosas no son como parecen.
¿Por ejemplo?
Muchas personas se creen que sabemos de todo y se sorprenden con algunas respuestas que creen que son imposibles de contestar y, por otro lado, también se extrañan de que no sepamos una que aparentemente es sencilla. No tiene nada que ver responder en tu casa o en una tertulia con los amigos, que estar en la televisión. A veces no oyes bien, yo he contestado a una pregunta, pensando que me preguntaban por James Bond y en realidad me preguntaban por Sherlock Holmes. (Risas)
¿El tiempo de las respuestas es real?
Sí, absolutamente, en el reto, en la calculadora, en la pregunta caliente,…
¿Cuéntenos algo curioso que le haya sucedido en ‘Saber y Ganar’?
Recuerdo una vez que me encontré con m amigo Isidoro, de Valladolid. Yo iba al programa, él es entrenador de rugby y comencé a preguntarle por el número de jugadores, los tiempos, étc. Cuando llegué al programa, a la semana siguiente me lo preguntaron, y yo que no sé nada de rugby contesté sin pestañear. Y comencé a recibir mensajes diciéndome qué bien, lo que sabes de rugby y de todas las cosas. Y la verdad es que no sé nada de rugby y de la misma manera puedes fallar preguntas de tu ámbito personal. Me preguntaron sobre una condecoración y no la supe en el momento. (risas)
¿Cuál cree usted que es el secreto de ‘Saber y Ganar’?
La magia que tiene es que consigue captar a todo el público. El presentador, los concursantes y el equipo se convierten en parte de la familia. El público se encariña con los concursantes, te comentan, te preguntan,… Se tocan todos los temas de la cultura general. Va evolucionando con los tiempos. Creo que tienen algo mágico que se proyecta a todo el mundo.
7 comentarios en «Jero Hernández: “Saber y Ganar siembra curiosidad”»
¡¡¡Magníficos el entrevistado y el entrevistador!!!
Mil gracias Emiliano! Un fuerte fuerte abrazo
Me encanta el programa Saber y Ganar, ciertamente ademas de ser ameno y entretenido nos educa o nos hace recordar y participar de cierto modo, lo disfruto al m’aximo. Gracias Jero Hernandez por tu regreso. Desde que sali de Cuba lo veo (1998) y donde est’e lo busco. Soy fan de el programa ciento por ciento.. Gracias a TVE, a Jordi, a Juanjo, que por cierto declama muy bien…saludos desde Costa Rica, aunque ahora estoy por Miami, siempre que vengo mi hija que vive ac’a sabe que tengo que verlos y no deja de tenerme ese canal.. Saludos a todos.
QUE SUSTO Y JERO PERO PASO JAJAAA
Un excelente programa, imprescindible para la televisión se hoy en día.
Magnifico programa Saber y Ganar. Lo veo desde sus inicios cuando concursaba Jauma Rugeri, que estuvo mucho tiempo y creo que solicitó retirarse. No lo pierdo ni un día porque lo veo donde vaya y si no por Internet. Mis felicitaciones por ser un programa tan interesante que aporta mucha cultura general. Desde Guayaquil, Ecuador, mi saludo para Jordi Hurtado y Juanjo Cardenal, también para ese estupendo participante que acaba de completar su numero 100 que es Jero Hernández.
Felicitaciones magnifico Jero Hernandez, por llegar a tu programa100. No te preocupes por el Minuto Final, pienso que debe ser de nervios de alta tensión. Un gran saludo desde Guayaquil, Ecuador.