Óscar Puente, alcalde de Valladolid, se desmarcó este jueves de los supuestos incumplimientos de la normativa y defendió que el Ayuntamiento solo ha ejercido como “cedente” de la instalación para el concierto de Natos & Waor, el sábado en el Polideportivo Pisuerga. Consideró, “sinceramente”, que el promotor “cumplió con la normativa”
ICAL. En este sentido, consideró que los agentes de la Policía Local “no pueden entrar en un evento privado con 4.000 personas que no llevan la mascarilla”, algo que consideró que “tampoco es fácil” para la seguridad privada del interior.
El regidor incidió en que la Junta es la responsable en materia sanitaria y establece unas normas a un promotor privado que organiza el acto. Por ello, añadió, en principio el expediente que la Administración autonómica abre “se entiende exclusivamente con el promotor” y el Ayuntamiento “poco tiene que decir ahí”.
“Las recomendaciones que hacemos son las que nos exige y marca la ley. Hemos ofrecido colaboración plena a la Junta en la tramitación del expediente y facilitaremos toda la documentación, en la que se remarca al promotor la exigencia de cumplir la normativa, cosa que creo que ha hecho, sinceramente”, reiteró.
Puente sostuvo que la Policía Municipal no fue requerida por nadie por un posible incumplimiento de la normativa en el interior, algo que “se ha conocido a posteriori a través de fotografías publicadas en redes sociales o medios de comunicación”. Otra cosa diferente es, según remarcó, las denuncias formuladas en el exterior del recinto por consumo de alcohol en vía pública o por orinar.
Por último, respecto del concierto de Rozalén de este sábado que gestiona el mismo promotor, Puente recordó que el de Amaral hace tres semanas se desarrolló “sin ningún tipo de problema”. “Es lo que prevemos que suceda ahora”, comentó el primer edil, quien diferenció el evento de la artista manchega y el del dúo rapero. “Son públicos y música distinta y no habrá problema”, comentó.
Además, avanzó que la venta de entradas para el concierto de Rozálén se estima en unas 2.200, frente a las 4.000 de los madrileños. “Se espera que el comportamiento sea similar al del concierto de Amaral, en el que no hubo incidencias”, concluyó.