Cuenta el refrán que por San Blas la cigüeñas verás, y si no la vieres, año de nieves. En Salamanca, dos personas anuncian la llegada del santo protector de las gargantas, Mercedes y Vicente.
Mercedes lleva más de medio siglo apostada en las calles céntricas de la ciudad, en la actualidad coloca su regleta con las cintas en los aledaños de la Plaza Mayor, y su marido, Vicente, se sitúa al lado de la iglesia de San Juan de Sahagún. «Somos los últimos que quedamos, creo que cuando nos retiremos está tradición se quitará», comenta Vicente.
Las gargantillas que ofrecen a un euro Vicente y Mercedes están bendecidas en San Juan de Sahagún.
Cuenta la hagiografía que Blas de Sebaste -San Blas- ejerció la medicina en el siglo IV y era conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al clavársele en la garganta una espina de pescado. Este sería el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta el 3 de febrero.?
Su culto se extendió pronto por toda la iglesia. Es costumbre popular invocarle particularmente para remediar afecciones de la garganta.