[dropcap]H[/dropcap]oy quiero hablarte de la flor de los cerezos.
Sakura significa árbol de cerezo o flor de cerezo en japonés. El nombre es casi tan bonito como las flores que están brotando estos días.
Hace un par de semanas los protagonistas fueron los almendros, y ahora ha llegado el tiempo de los cerezos.
¿Te has fijado en los árboles estos días?
Si no te has percatado puede que sea porque andas en tu mente y en tus cavilaciones. Solo hace falta pararte a mirar cualquier parque o zona natural. Verás qué espectáculo.
Definitivamente, la primavera metereológica (la estacional es obvio que todavía no) ya está aquí y no puede gustarme más, todo renace y la belleza se palpa en el ambiente.
En la tradición del budismo japonés la caída de los pétalos de cerezo representa lo efímera que es la vida.
Da que pensar, ¿verdad?
La naturaleza es un espejo perfecto de la vida de las personas.
Además de representar la vida metafóricamente, hace que la mayoría nos sintamos especialmente bien cuando estamos en ella.
Sé que habrá gente a la que no le guste, pero creo que son los menos. No lo digo yo, hay hasta metanálisis (estudios que analizan muchos estudios científicos sobre un mismo tema) que así lo certifican.
La naturaleza nos hace sentir en paz y nos conecta con nosotros mismos, por eso la buscamos tanto en vacaciones yendo a la playa o a la montaña.
Una vez tuve un profesor que dijo algo con lo que me sentí muy identificada: ‘Cada vez que estamos en contacto con la naturaleza, nos sentimos así de bien porque es como si reconociésemos esa parte ancestral que tenemos dentro de nosotros’.
No sé si será cierto o no, pero lo que tengo claro es el poder sanador que tiene estar en contacto con espacios naturales. A día de hoy considero que es una de las mejores terapias que conozco y sigo aplicándola a diario.
Además, es gratuita y no es tan inaccesible como puede parecer de entrada si por ejemplo vives en la ciudad.
Para obtener sus beneficios basta con acercarse a cualquier parque de tu localidad, la mayoría tienen árboles y flores.
Si además puedes escaparte de vez en cuando a un espacio más grande como ir a la montaña o pasear por un prado, pues aún mejor. Podrás disfrutar de algunos de los grandes beneficios que ofrece nuestro planeta.
La vida seguirá siendo efímera, tal y como nos recuerda la caída de las hojas de los cerezos, pero rodearse de naturaleza le dará un sentido más profundo a nuestra existencia, no tengo ninguna duda.
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