Salud para todos y vuelta a la normalidad; Amar, vivir, sonreír; Quien no valora la vida no se la merece o Solo deseo salud para mi familia. Estos y muchos mensajes más ‘cuelgan’ en una de las paredes del centro de salud de San Juan. La iniciativa de escribir lo que deseamos surgió de una enfermera, a ella la siguieron compañeros sanitarios y pacientes. Hoy es una obra creativa repleta de agradecimiento y buenos sentimientos
Hace ahora dos años, allá por el 14 de marzo de 2020, comenzó el confinamiento y los duros meses de pandemia por la Covid-19, donde se fueron sucediendo ola tras ola hasta llegar a las navidades de este 2021 y la incertidumbre de la sexta ola más contagiosa, aunque gracias a la vacuna, menos mortal. En Salamanca, se pudieron ver largas colas bordeando el centro de salud de San Juan para realizarse los test de antígenos.
Precisamente en este centro de salud y por esas fechas, a una enfermera se le ocurrió que podía ser bueno que el personal sanitario y los propios pacientes escribieran mensajes esperanzadores para el nuevo año.
Actualmente, aquellos deseos y los que van renovando los pacientes se pueden leer en la cuerda donde se han ido colgando. Muchos pacientes y usuarios del centro de salud se paran a leerlos y seguro que reciben la fuerza con la que fueron escritos.
Estas cartulinas o trocitos de papel tienen un mismo propósito: no perder la esperanza, unir fuerzas y seguir luchando para conseguir que, cada vez, el final de la pandemia esté más cerca.
La iniciativa comenzó en Navidad, pero se siguen ‘colgando’ a día de hoy. Deseos que han ido aumentando, que se han ido modificando y a los que se han sumado mensajes de agradecimiento a todo el colectivo sanitario valorando su incansable trabajo durante todo este tiempo con palabras como: ‘Lo mejor de la pandemia, la atención del personal sanitario que siempre nos acordaremos y se lo agradezcamos’.
No es la primera vez que en el centro de salud de San Juan se muestra el cariño y agradecimiento a los sanitarios. Hace algo más de un año, también se colgaron corazones en las verjas de la entrada.
Información y fotografías: Laura Tejero Gil.
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