“Ha sido uno de los viajes de mi vida”. Así de contundente se muestra Melchor Martín, que junto a Juan Manuel Corporales, de Autocares Hermanos Martín, han recorrido alrededor de 6.300 kilómetros, los que van de Salamanca a Varsovia ida y vuelta, para recoger a 50 ucranianos que, sin duda han realizado el viaje de su vida, porque huían de su país en guerra, donde han dejado padres, maridos o hijos, donde hasta hace dos semanas vivían en paz y ahora se enfrentan a un futuro incierto lejos de sus casas
Este viaje comenzó el domingo 6 de marzo: Salamanca-Varsovia. Melchor Martín explica cuando arrancó el autobús sintió incertidumbre. “El viaje era muy largo, había que tener todo muy bien planificado y lo habíamos hecho en tiempo récord. Atravesamos España, Francia, Alemania y Polonia. Tengo que decir que la compenetración con mi compañero Juanma ha sido muy buen y el viaje, fantástico”.
Ni Mechor, ni Juanma sabían qué se iban a encontrar. Pero, al llegar a Varsovia vieron que todo estaba muy bien organizado. Autobuses entrando y saliendo, dejando a refugiados que encontraban cobijo, alimentos y zonas para asearse en la capital polaca.
Los conductores salmantinos se encontraron con el grupo de ucranianos que iban a buscar y les llamó la atención la perplejidad y tristeza en sus caras. “Eso fue muy duro. Subieron al autobús sin brillo en los ojos, muy temerosos. Pero, a medida que iba pasando las horas, la tristeza del principio, tornó en seguridad y tranquilidad”.
Melchor, ¿es el vieja de tu vida?
Uno de los viajes de mi vida. Me he sentido útil. Me encanta mi trabajo y poder ayudar ha sido extraordinario. Hemos hecho algo por personas que viajan por necesidad. Auxiliar a un colectivo necesitado, es un orgullo.
El viaje ha salido perfecto. Melchor Martín quiere reconocer el trabajo realizado desde la Asociación de Ucranianos de Salamanca. No solo por la organización del viaje, sino por lo que han trabajado en alojar y darle calor de hogar a los ucranianos que viajaron en el autocar salmantino, tanto con las 30 personas que se han quedado en Madrid, como con los 20 que llegaron a Salamanca.
“Se han organizado tan bien que ya han salido tres caminos con alimentos, ropa de abrigo, medicamentos,… desde Salamanca para Ucrania. El pueblo salmantino se ha volcado con los ucranianos. Están muy agradecidos de las miles de muestras de solidaridad recibidas”, explica Melchor Martín que se emociona al recordar los cientos de mensajes que ha recibido de ánimo y apoyo a través de whatsapp y las redes sociales. “Increíble el cariño que hemos sentido de los salmantinos estos días. Muchas gracias”.
A Salamanca han llegado familias casi completas, abuelos, hijas y nietos, faltaba el padre de esos pequeños que se ha quedado en Ucrania porque tiene edad de luchar en el frente. “Son familias que vivían en ciudades a tres o cuatro horas de la frontera con Polonia y han tardado hasta seis días en llegar a Varsovia. El tren parado en la frontera, con temperaturas bajísima, -6 o -8º bajo cero y esas personas casi con lo puesto”, cuenta Melchor Martín.
Y tan con lo puesto. Del maletero del autocar solo se llenó la mitad y eran 50 personas las que viajaban. “Vienen con una maleta de las que llamamos de fin de semana y una mochila. Había un par de maletas grandes y es porque son cuatro de familia. Nos sorprendió al comenzar a colocar los equipajes que sobrara mucho maletero”, cuenta el conductor.
Por lo que será muy necesaria la ropa que hayan ido guardando y ordenando la asociación de ucranianos en Salamanca, ya que la van a necesitar.
La llegada del autocar se produjo sobre las 00.30 horas de este viernes y al igual que ocurrió en Madrid la emoción se sentía en la estación de autobuses de Salamanca después de recorrer alrededor de 6.300 kilómetros.
Vídeo de la llegada a la estación de Salamanca de los refugiados ucranianos, aquí.
Fotografías. JOTA.
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1 comentario en «El viaje de sus vidas»
Cómo no iba a ser Melchor, es un trabajador nato, sensible con los más necesitados. Enhorabuena por tu labor humanitaria y tambien a tu compañero conductor, que no le conozco y tambien se lo merece. Un abrazo.