Marina Rodríguez ha ejercido como psicóloga desde hace más de 15 años y en diferentes ámbitos relacionados con la salud como la oncología, la infertilidad, cirugía bariátrica y cirugía de confirmación de género facial.
Desde hace dos años, decidió centrar su atención como profesional en los problemas digestivos puesto que ella misma los ha sufrido durante años y consiguió sanarlos del todo con un punto de vista integral y teniendo en cuenta cómo influyen las emociones.
Marina Rodríguez participa en el evento virtual y gratuito: ‘Las mil caras de la ansiedad’.
Sáquenos de dudas. ¿Es o no cierto que cuando nos ponemos nerviosos se nos sueltan las heces?
Es muy probable que la mayoría de personas que están leyendo este artículo hayan sentido alguna vez esa necesidad de ir al baño cuando han aparecido los nervios. Y es que los nervios juegan un gran papel cuando se trata de regular la digestión. Hay veces que nos da diarrea, otras estreñimiento, otras una digestión lenta, … el motivo principal de la diarrea es que nuestro cuerpo se pone en estado de alerta y eso hace que las funciones de la digestión pasen a un segundo plano, por lo que el cuerpo decide desechar lo que tiene ahí de la única forma que sabe.
¿Cómo están de relacionados el intestino con nuestro estado de ánimo?
Cada vez hay más estudios que demuestran la relación de nuestra microbiota con el estado de ánimo. La microbiota se refiere a todos los microorganismos que habitan en nuestro intestino. Según sea la composición de esta, puede afectar a nuestro estado de ánimo, puesto que se comunica directamente con nuestro sistema nervioso a través del nervio vago.
Si tenemos una disbiosis (desequilibrio entre las poblaciones de organismos), esto puede producir diversos efectos en nuestro cuerpo y en el cerebro, por ejemplo, que aumente la toxicidad y eso nos haga tener niebla mental (dificultad para concentrarse o pensar con claridad), que es uno de los síntomas más comunes con los problemas digestivos.
Si estamos en un proceso de ansiedad. ¿En qué medida nos puede afectar a nuestro sistema digestivo?
Si tenemos un problema de ansiedad desde hace tiempo, veremos cómo nuestra digestión se ve afectada porque nuestro cuerpo se mantiene alerta, está sobreactivado. Cuando estamos sobreactivados, procesos fisiológicos como la digestión dejan de funcionar como deberían, y con esos fallos, se van acumulando problemas en el proceso digestivo. Por ejemplo, que haya un nivel menor de ácido en el estómago o que la motilidad intestinal se vea alterada.
Además, cuando tenemos ansiedad, suele ser común que tengamos peores elecciones en nuestras comidas (súper procesados, alta en azúcares…), lo que también influye en nuestra salud digestiva.
¿La ansiedad puede causar que suframos intolerancias alimentarias?
La intolerancia alimentaria no deja de ser un tipo de desequilibrio en nuestra microbiota, una disbiosis, por lo que sí, por el mismo proceso que he explicado antes, el arrastrar una ansiedad importante puede llevarte a desarrollar una intolerancia.
Si estamos viviendo periodos de ansiedad, ¿sería conveniente modificar nuestra alimentación?
Depende del tipo de alimentación que lleves, claro. Pero sí que te puedo decir que es conveniente aumentar el consumo de alimentos ricos en triptófano y/o glutamina como los plátanos, nueces, huevos, brócoli o avena.
¿Hay alimentos que nos ayudan a encontrar el equilibrio?
Si apostamos por una alimentación limpia y natural, libre de harinas, azúcares y procesados, entonces encontraremos un equilibrio. Lo malo es que este tipo de alimentación no es la más común en nuestra sociedad. Por desgracia, y hacer este cambio suele costar por las creencias de que “hay que comer de todo”, y no todo lo que hay en un supermercado debe considerarse como un alimento.
¿Qué enfermedades digestivas puede ocasionar la ansiedad?
Los trastornos digestivos más comunes y que más se diagnostican últimamente son los relacionados con el funcionamiento del sistema digestivo. Estos les sonarán, son las intolerancias alimentarias (lactosa, fructosa, sorbitol, glúten…), celiaquía (que no es un problema digestivo sino una enfermedad autoinmune), colon irritable, dispepsia funcional, gastritis, SIBO, permeabilidad intestinal, disbiosis…
La ansiedad puede ser un precursor de todos estos problemas digestivos puesto que su presencia impide que haya un buen funcionamiento de nuestra digestión. Digamos que no es una causa directa, pero sí indirecta. Al tener ansiedad, los procesos normales que se necesitan hacer en la digestión, como por ejemplo, la limpieza del intestino, no funcionan bien del todo y eso hace que se acumulen bacterias en nuestro intestino, donde no deberían estar, como en el intestino delgado, y con el tiempo, se puede desarrollar el SIBO.
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