La Asociación de Transportistas Autónomos de Salamanca (Astasa) realizó este lunes una consulta telemática vía coreo electrónico con sus 290 asociados, para saber si mantenían su apoyo el paro convocado por la Plataforma para la Defensa del Transportes.
Solo votaron 105 profesionales, el 33 por ciento de los asociados, porque «la gente, como trabaja no tiene ni tiempo para contestar un correo», explica José Antonio Mateos, presidente de Astasa.
Eso significa que «Astasa como asociación apoya el parto, pero deja libertad a los socios para que haga lo que quiera, aunque la mayoría está trabajando», comenta. «Esperamos que la situación no se alargue mucho, porque es una agonía. Los acuerdos son los que son y la Plataforma podía haber encontrado una salida airosa si hubiera desconvocado el viernes o el sábado,… pero esperamos que la situación no se enquiste, porque cuanto más se enquiste, peor. La Plataforma debía haberlo hecho de otra manera, pero la situación ahora ya es de otra manera», señala Mateos.
El presidente de Astasa afirma que «el problema del transporte es el propio transportista, que tiene que aprender a decir no» cuando se le propone un porte leonino, porque ·en España no sobran camioneros, hacen falta. cada uno debe pelearse ahora con su cliente y si no me pagan, me voy a mi casa. Decirle: ‘Mire usted. Llevamos años trabajando, pero me tiene que pagar esto, si no tengo que quitarle camiones y me voy donde haga falta'», explica.
No se vería con malos ojos una ley que prohíba trabajar por debajo delos costes, pero eso ya no se permite en España en dos normativas distintas. Considera que «el gran problema son los grandes flotistas que tienen a su servicio autónomos dependiente so falsos autónomos, que trabajan para ellos y se garantizan que no les van a pedir aumento de sueldo, ni horas, ni vacaciones,…» y tienen que aceptar lo que se les imponga.
Son camioneros que trabajan «al enganche», es decir, que el cargador pone el semirremolque y paga por kilómetro al conductor.
El camionero solo tiene la cabina del camión, que suelen comprar al mismo flotista/cargador para el que trabajan, con el que adquieren una gran deuda que van reduciendo con el tiempo, si es que pueden, porque cunado se les descuenta el gasóleo, las ruedas si han de cambiarlas y demás gastos, puede ser que echen la cuenta a final de mes y no les llegue ni para disponer de quinientos euros, sobre todo si el cargador le baja el precio al camionero/transportista/falso autónomo que trabaja para él.
Estas situaciones se están produciendo en España desde 1994, y se mantienen vigentes en la actualidad, generando esas situaciones especialmente sangrantes entre una parte de los transportistas, los que en teoría representa la Plataforma y que en Salamanca no son muchos.