Obstáculos que impiden hacer ‘recados’ con normalidad

Las barreras arquitectónicas que tiene Salamanca
Un repartidor con un carrito tiene que sortear un escalón. Fotografía. Sergio Villarino.

Miles de personas como ancianos, personas con movilidad reducida o incluso trabajadores de reparto de mercancías, se enfrentan a diario al reto de transitar por la vía pública con un bastón, muletas o carro para transportar mercancías. Son numerosos los obstáculos que impiden a estar personas realizar ‘recados’ o trabajos con normalidad.

Existe la ley que regula la eliminación de barreras arquitectónicas, pero tan solo en necesario levantar la vista para poder darse cuenta de que, para estas personas es difícil hacer una vida ‘normal’ al salir a la calle, entrar en algunos comercios, realizar una transacción bancaria o subir al autobús.

Tenemos que tener en cuenta que una barrera arquitectónica son los bordillos sin rebajar, los peldaños enormes en las entradas de supermercados, bancos o tiendas de moda. La ausencia de rampas también es notable, siendo estas un poco mas presentes oficinas o establecimientos públicos.

En definitiva, para muchas personas puede ser misión imposible el hecho de salir de compras, de visitar lugares nuevos o comprar el pan en un supermercado, ya que físicamente es imposible acceder a ellos.

Texto y fotos: Sergio Villarino

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