Este lunes 11 de abril se conmemora el Día Mundial del Parkinson. Se trata de la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor incidencia a nivel mundial, y unos 150.000 pacientes en España. A pesar de ello, la enfermedad de Parkinson tiene una serie de síntomas muy poco conocidos.
La enfermedad de Parkinson es, después del alzhéimer, la segunda enfermedad neurodegenerativa más común, con más de 7 millones de pacientes a nivel mundial. La edad es el principal factor de riesgo, y es que, a partir de los 60 años, aumenta exponencialmente. Los países con mayor esperanza de vida son los que presentan mayores tasas de incidencia, debido principalmente al aumento de la esperanza de vida y a los avances diagnósticos y terapéuticos. En este sentido, la Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que los afectados en España se triplicarán en los próximos 30 años.
Un gran porcentaje de la población asocia a esta enfermedad únicamente los característicos temblores. No obstante, no todos los pacientes presentan este síntoma y, en cualquier caso, no son las únicas consecuencias que puede suponer la enfermedad. “La enfermedad de Parkinson se acompaña de multitud de síntomas no motores, que de hecho pueden resultar mucho más incapacitantes para los pacientes. Por eso es tan importante prestarles atención”, explica la neuropsicóloga Andrea Horta-Barba a El Confidencial. Respecto a ello, destaca el impacto que supone el Parkinson en los ámbitos cognitivo y conductual.
La sanitaria indica que aproximadamente un 20% y 30% de los pacientes en estadios iniciales presentan deterioro cognitivo leve. Esto consiste un factor de riesgo independiente para un posterior desarrollo de demencia. “La velocidad de progresión es extremadamente variable entre pacientes, habiendo pacientes que progresarán rápidamente a una demencia y otros que no lo harán en muchos años o nunca”, matiza Horta-Barba. Por otro lado, lo que sí se ha comprobado es que la probabilidad de desarrollar demencia aumenta cuantos más años de enfermedad lleve el paciente.
El deterioro cognitivo
Al hablar de deterioro cognitivo y enfermedad de Parkinson, se suelen describir dos grandes perfiles de disfunción cognitiva. El primero se caracteriza por dificultades atencionales, de solución de problemas o de planificación. El segundo, de alteraciones en campos como la memoria, así como las habilidades visoespaciales. Este último se asocia a una mayor probabilidad de progresión hacia la demencia. La detección de cualquier señal es fundamental para tratar la enfermedad. Si bien es cierto que no existen tratamientos para combatir el Parkinson, sí puede tratar de paliarse a través de estimulación cognitiva y un estilo de vida activo y saludable.
Por otro lado, otros síntomas no motores que pueden aparecer son la apatía, la depresión y la ansiedad. Según indican los diferentes estudios, hasta el 50% de los pacientes presentarán sintomatología depresiva. De esta manera, la depresión se debe a la disfunción de diversos sistemas, entre ellos, el dopaminérgico, noradrenérgico y serotoninérgico. Además, otras de las alteraciones que pueden aparecer son las alucinaciones.
Detección temprana
Al igual que en muchas otras patologías, una detección temprana es fundamental en el Parkinson. “Sabemos que buena parte de la sintomatología se debe a la disminución de neuronas dopaminérgicas”, indica la sanitaria. Así, cuando los pacientes presentan síntomas de la enfermedad como temblores, lentitud de movimiento o falta de memoria, entre otros, ya han perdido un gran número de neuronas. En cuanto a esta pérdida, aún se desconoce su origen.