En los últimos años se viene investigando la aplicación de implantes cerebrales para tratar enfermedades neurológicas, entre ellas, la enfermedad de Parkinson. Para ella, se está desarrollando un implante que podría lograr revertir los síntomas que produce. Además, se trata del dispositivo más pequeño diseñado hasta ahora.
La enfermedad de Parkinson consiste en la pérdida de capacidad motora. Esto se debe a la importante pérdida de neuronas en la región cerebral llamada sustancia negra, encargada de regular la producción de dopamina natural. Esta cuestión afecta de manera importante a la capacidad motora, que el cerebro intenta mantener mediante un patrón de impulsos eléctricos anormal. Dicho patrón es el responsable de síntomas motores anormales característicos de la enfermedad, como la rigidez muscular o los temblores.
En este proyecto, la idea consiste en anular el patrón anormal mediante estimulación cerebral profunda mediante el implante de un dispositivo llamado Picostim. Para ello, se estimulan artificialmente las regiones profundas del cerebro empleando dispositivos implantados, que proporcionan descargas eléctricas leves y precisas. El primer paciente en recibir este implante, capaz de revertir en cierta medida los síntomas de esta enfermedad, es el británico Toni Howells. Ha recibido el dispositivo como parte de un ensayo clínico, que aún se está desarrollando.
Según ha informado la BBC, Howells había perdido una gran capacidad motora -algo habitual en la enfermedad de Parkinson-. Recibió el implante en 2019, cuando podía caminar solamente 200 metros y algunas simples tareas cotidianas le resultaban un grane esfuerzo. Sin embargo, ahora puede andar más de 4 kilómetros seguidos, en lo que él mismo califica como una mejoría “asombrosa”.
La principal novedad de este dispositivo con respecto a otros similares consiste en la invasividad del procedimiento. Con el uso de Picostim, el más pequeño hasta la fecha, se requiere de una batería mucho más pequeña que la empleada en los otros casos. Además, mientras que para el nuevo implante, la batería se implanta en el cráneo mediante un procedimiento de tres horas de duración, en los otros, se requiere una batería eléctrica de un tamaño considerable en el pecho del paciente, así como electrodos en el cerebro y la conexión entre ambos mediante cables externos.
El Picostim aún se encuentra en fase de desarrollo, por lo que no está disponible para el uso en pacientes. Sin embargo, esto podría estar cerca, ya que el ensayo realizado sobre 25 pacientes tiene el objetivo de lograr el marcado CE y la aprobación de las principales agencias regularas (la FDA -en Estados Unidos- y la EMA -en la Unión Europea-).