Una investigación desarrollada en Estados Unidos ha determinado cuál podría ser la cuestión que explique por qué unos pacientes desarrollan síntomas más graves por Covid respecto a otros. Los investigadores han llegado a la conclusión de que se debe a 11 genes que contiene el pulmón y que definen su protección.
El estudio lo ha llevado a cabo un equipo de investigadores de los Laboratorios Nacionales de Enfermedades Infecciosas Emergentes (NEIDL) de las Universidades de Boston y Princeton (EE. UU.). De sus resultados se desprende que el pulmón contiene 11 genes que definen la protección frente a la Covid. Esto que explicaría por qué unos pacientes presentan una sintomatología más grave que otros. Según la OMS, cerca del 99% de los casos de coronavirus confirmados en el mundo ha sobrevivido. En este sentido, surge la pregunta de por qué a algunos les afecta la Covid más que a otros, que aborda el citado estudio.
En primer lugar, dos cuestiones fundamentales son la edad y el estado de salud. Además, la investigación ha determinado que, quienes no presentan una sintomatología grave, podrían tener un equilibrio adecuado de macrófagos (células inmunitarias). Los glóbulos blancos, junto con los macrófagos, atacan, engullen y digieren a los invasores al considerarlos agentes externos al cuerpo. En este sentido, se ha demostrado que muchas muertes por SARS-CoV-2 se han producido por una respuesta hiperinmune. Esto consiste en que los macrófagos y los glóbulos blancos, además de atacar al virus, dañan a nuestro tejido cardiaco y pulmonar.
De esta manera, los investigadores han estudiado los pulmones que desvían el coronavirus, lo que permite una rápida recuperación de la enfermedad. En estos órganos han hallado 11 genes, responsables de determinar si las células inmunitarias establecen una defensa sólida o se ‘vuelven rebeldes’, actuando incorrectamente.
Gracias a ello, los expertos han vinculado la respuesta antiviral de estos “genes que definen la protección” como forma de contraer el coronavirus de forma leve. No obstante, aún se desconoce por qué algunos pacientes pueden ‘poner a trabajar’ a las células inmunitarias y otros no.
