La tasa anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) general en el mes de mayo es del 8,7%, cuatro décimas por encima de la registrada el mes anterior. En castilla y León se situó en el 9,9% y en Salamanca, en el 9,2%, la más baja de la región.
Los grupos que destacan por su influencia en el aumento de la tasa anual son:
Transporte, cuya variación anual del 14,9%, más de dos puntos por encima de la registrada en abril, se debe a la subida de los precios de los carburantes y lubricantes, mayor este mes que el año anterior.
Alimentos y bebidas no alcohólicas, que sitúa su tasa en el 11,0%, nueve décimas superior a la del mes pasado, y la más alta desde el comienzo de la serie, en enero de 1994. Destacan en este comportamiento los incrementos de los precios del pan y cereales, la leche, queso y huevos y la carne, frente a la estabilidad de 2021.
Cabe reseñar también en este grupo, aunque en sentido contrario, el descenso de los precios de las legumbres y hortalizas, mayor este mes que el año pasado.
Hoteles, cafés y restaurantes, que aumenta su variación cinco décimas, hasta el 6,3%, a causa de que los precios de la restauración suben este mes más que en 2021. Esta tasa es la más alta de este grupo desde agosto de 2001.
Por su parte, entre los grupos con influencia negativa destacan:
Vivienda, cuya tasa se sitúa en el 17,5%, más de un punto inferior a la de abril, debido al descenso de los precios de la electricidad y, en menor medida, del gasóleo para calefacción, frente a las subidas registradas en mayo del año anterior.
Ocio y cultura, que disminuye su variación anual seis décimas y alcanza el 2,3%, como consecuencia de la bajada de los precios de los paquetes turísticos, mayor este mes que el pasado año.
La tasa de variación anual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumenta cinco décimas, hasta el 4,9%. Es la tasa más alta desde octubre de 1995 y sitúa su diferencia con la del IPC general en casi cuatro puntos.