[dropcap]U[/dropcap]n año más los alumnos de bachillerato de Castilla y León se han enfrentado esta semana a la Ebau, la prueba que determinará en gran medida sus posibilidades para acceder a determinadas titulaciones que tienen puntos de corte muy elevados.
Hace ya muchos años que venimos reivindicando una Ebau única a nivel estatal para que todos los alumnos tengan las mismas posibilidades. Esta reivindicación es un clamor en Castilla y León y también ha sido asumida por el Rector de la Usal y por el anterior Consejero de Educación de la Junta de Castilla y León. Cada año los padres de alumnos afectados se unen a la protesta y a la reivindicación.
Es verdaderamente difícil, sino imposible, cambiar la legislación que rige dicha prueba. No lo ha hecho el gobierno del PSOE y anteriormente no lo hizo el gobierno del PP. Supongo que habrá múltiples resistencias políticas a una Ebau única, y digo intencionadamente resistencias porque razones para oponerse a la prueba no pueden existir. La lógica dice que un distrito universitario único exige una puerta de acceso única.
Ante esta situación y, ante la obviedad que los alumnos de Castilla y León están entre los más perjudicados cada año, habrá que ser pragmáticos y pensar en soluciones reales que dependan exclusivamente de nuestra autonomía, y ello solo pasa por adaptar los criterios del examen y especialmente los criterios de evaluación a lo que sucede en otras autonomías. No se trata de favorecer a nuestros alumnos, pedimos que no se les perjudique, que tengan las mismas posibilidades que los del resto de España.
Frente a esta propuesta surgen voces que indican que no se trata de que Castilla y León baje el nivel de exigencia, que deben ser las otras comunidades las que lo suban, pero esta postura de “ponerse exquisitos” choca contra la realidad antes descrita, ni va a haber Ebau única, ni podemos evitar que otras comunidades favorezcan a sus alumnos, así que quizás deberíamos pensar que hay que arbitrar medidas para evitar que cada año los alumnos castellano-leoneses sigan siendo los más damnificados.
Ebau única si, como reivindicación básica e irrenunciable, pero mientras alcanzamos la utopía quizás haya que planificar medidas que eviten la discriminación negativa que sufren cada año miles de alumnos y esas medidas pueden depender de la Junta de Castilla y León, de las universidades de Castilla y León y de los profesores de Castilla y León.