La lluvia no impidió que agricultores y ganaderos de la Comunidad acudieran este jueves a las puertas del Centro Logístico de Hidrocarburos (CLH) de Santovenia de Pisuerga (Valladolid), convocados por Asaja y la Alianza UPA-COAG, para exigir la intervención del Gobierno en el mercado y una bajada de impuestos para lograr un gasóleo profesional a 0,80 céntimos el litro, la mitad de lo que hoy deben pagar tras la escalda de precios. “La ruina del campo es el beneficio de las petroleras y del Gobierno”, denunciaron.
Ical.- La Guardia Civil, con controles en los accesos a la planta, y una importante presencia de agentes, impidió que los concentrados cortasen el paso a los camiones cisterna de carburantes que salían de las instalaciones, pero no sus gritos de protesta, sus pitos ensordecedores y el lanzamiento de petardos. Los manifestantes, que se tuvieron que resguardar en algunos momentos ante la intensa lluvia, estaban encabezados por una pancarta en la que se podía leer: “El campo se asfixia, las petroleras se forran” y “Si el tractor para la ciudad no come”.
El presidente de Asaja en Castilla y León, Donaciano Dujo, incidió en que el sector reivindica un precio “justo” del combustible, que necesitan sus motores, tractores, cosechadoras y las explotaciones ganaderas, y lamentó que el año pasado pagaban 0,80 céntimos por litro y hoy deben abonar 1,6 euros.
Al respecto, hizo cálculos y precisó que una explotación media gasta 15.000 litros año año, y si en 2021, desembolsaba en gasóleo 12.000 euros, este año tiene que gastar 24.000, el doble. Así, defendió que la rentabilidad del sector pasa por unos costes de producción justos, para sentenciar que “la ruina de agricultores y ganaderos es el beneficio de las petroleras, de CLH, y también del Gobierno, unos con beneficios y otros con impuestos”.
Donaciano Dujo concretó que el conjunto del sector hoy consume 320 millones de euros más en gasóleo que en 2021, con un coste total de 640 millones, advirtió. “El tractor se para, no se nos permite trabajar, no somos rentables y la sociedad tendrá los alimentos muy caros”. Así, resumió que “hay que poner tope, techo, freno al precio de los combustibles, y el Gobierno debe bajar impuestos para lograr un gasóleo profesional y poder trabajar, si no, nos vemos abocados a cerrar”.
“Señor presidente Gobierno y señor presidente de la Junta, 55.000 agricultores reivindican un gasóleo profesional poder trabajar, poder producir alimentos, estar en el medio rural y lograr un medio ambiente sostenible y para eso necesitamos un gasóleo profesional a 0,80 céntimos el litro, como lo teníamos el año pasado”, concluyó.
Beneficios
El secretario general de UPA en Castilla y León, denunció el comportamiento “abusivo” de las petroleras, con “beneficio escandalosos”, como BP, con 6.500 millones; Repsol, con 2.500; o Cepsa, con 700, “a costa de los trabajadores del campo y de toda la sociedad”. “Exigimos un gasóleo profesional para seguir produciendo alimentos,” exhortó, para recordar que son profesionales que no gastan gasóleo “para ir de vacaciones”.
“Lo necesitamos para producir alimentos”, recordó, para exigir al Gobierno que “regule, legisle un precio social de gasóleo agrícola”. ”Lo necesitamos para ya y pedimos a estas industrias que dejen de especular con precios abusivos, porque el precio podía estar a 80 céntimos sin impuestos y lo cobran a 1,5 euros y eso es descarado. Esos márgenes de beneficios hay que controlarlos por ley”, sentenció.
Especulación
El coordinador de COAG en Castilla y León, Lorenzo Rivera, incidió en que es una “vergüenza” lo que hacen las petroleras, que “desbordan sus beneficios” cuando el campo “va a la ruina con estos precios”. Remarcó que solo en el primer trimestre de este año Cepsa ganó 605 millones, casi más que en todo 2021; y Repsol lleva 1.400 millones, cuando en 2021, logró 2.500, con lo que “a este ritmo doblará resultados”. “Es especulación pura y dura de las petroleras”, evidenció.
En este contexto, defendió que el Gobierno debe intervenir, porque la campaña cerealista actual es “mala”, no llegarán a rendimientos de 2.000 kilos, con ingresos de 400 euros por hectárea cuando tiene unos costes fijos de 1.000, lo que supone que “a pérdidas” no podrán “aguantar mucho”. “La intervención del mercado petrolífero es la solución”, resumió.