La séptima ola de coronavirus, uno de los últimos coletazos de la pandemia que comenzó en 2020, está consiguiendo que nos contagiemos casi todos y que la mortandad es muy similar a la de 2021.
Los efectos sociales y económicos no tienen comparación, y en la salud va por barrios. El 90% de los salmantinos está vacunado y eso permite recobrar la vida casi con normalidad, porque si lo coges, que circula mucho en Salamanca (velocidad de transmisión es de 1,16 personas que contagia cada infectado y, para que deje de haber transmisión comunitaria, este índice debe estar por debajo de 1), si lo coges o no tienes síntomas o son leves en su inmensa mayoría, como si dela gripe se tratara, pero aún hay muchos que lo pasan mal.
Solo se conocen oficialmente 720 nuevos contagios desde el viernes pasado, pero es que solo se hacen análisis oficiales cuando te van a operar o si tienes síntomas más que leves. Los síntomas de las nuevas subvariantes de la ómicron ya están identificados.
Aun así, vemos cifras elevadas de contagios y se espera que sigan aumentando con las celebraciones estivales.
Los ingresos, por su parte, siguen estabilizados en torno al medio centenar de pacientes covid ingresados en planta (56 este martes), pero ninguno en la UCI, un indicador fundamental para que salten o no las alarmas.
Lo peor, que la mortandad es similar a la de 2021, ahorrándonos tanto sufrimiento en los estadios precedentes de la infección.
Desde el vienes han muerto cuatro pacientes con coronavirus en el Hospital de Salamanca, y ya hay oficialmente 1.110 fallecidos en el ámbito sanitario desde el inicio de la pandemia.