Opinión

5 personas

Un grupo de personas. Fotografía. Unsplash.

[dropcap]E[/dropcap]s posible que conozcas la célebre frase de Jim Rohn:

«Eres la suma de las cinco personas que te rodean».

Yo diría que la frase es sublime porque resume en pocas palabras una buena parte de nuestra vida, pero dicha así puede desanimarnos un poco.

Al menos a algunos.

Imagínate —o no, según sea tu realidad—, que los individuos con los que pasas más tiempo no son precisamente ejemplos a seguir o no son la alegría de la huerta.

Las personas somos como un caleidoscopio y no siempre nos sentimos igual de bien ni somos la mejor influencia para los demás.

Por ejemplo, puede ser que pases mucho tiempo con tu hermana y que últimamente esté pasándolo mal porque ha perdido su empleo.

Es posible que su visión del mundo esté siendo más pesimista de lo habitual.

O puede que tu compañero de oficina con el que trabajas codo con codo ande malhumorado todo el día desde que se separó hace tres meses.

Si estos ejemplos te recuerdan a tus circunstancias, aunque sea de manera indirecta, puedes llegar a pensar que entre tus propios problemas y los de los demás, no vas por demasiado buen camino.

Pero… —y aquí viene lo bueno—, por suerte la frase de Jim Rohn no hay que tomársela al pie de la letra.

Rohn no solo se refiere a los contactos más cercanos que te rodean físicamente.

Las personas que te influyen pueden ser de tu entorno, evidentemente, pero no todas tienen por qué ser personas con las que convivas, trabajes o compartas tiempo de ocio.

Esa influencia puede provenir, por ejemplo, de tu escritor favorito, de un youtuber, un locutor de radio o un podcaster con el que nunca has cruzado ni media palabra.

Así, si por ejemplo cada día escuchas un episodio de alguien que te inspira especialmente, ya te está transmitiendo su sabiduría.

Esa persona ni lo sabe, a lo mejor incluso ya ha fallecido, pero comparte su legado contigo y a ti te enriquece.

Pues este tipo de influencias son tan importantes o más que las personas de las que te rodeas, aunque de entrada no lo parezca.

Porque lo fundamental es lo que nos aporta cada una de ellas, no las horas que pasamos compartiendo un espacio común.

Puede que al leer esto estés de acuerdo con mi argumento, aunque es posible que al mismo tiempo te esté rondando la cabeza alguna idea que te haga rechazarlo.

Por ejemplo, la falta de tiempo. No tienes tiempo para dedicarlo a nadie ni nada más.

Un clásico.

Pero es que en este caso no hace falta tener mucho tiempo, sino más bien tener ganas.

Puedes, por ejemplo, escuchar a esa persona mientras desayunas, vas al trabajo, haces un poco de ejercicio, recoges la habitación o los platos.

Eso no te roba tiempo.

Y si lo que escuchas te convence realmente, entonces puedes hacer un curso que ofrezca, leer un libro o algo que te haga ser más activo, pero vamos, esa parte no es imprescindible.

La cuestión es que en el siglo XXI podemos escoger fácilmente quién queremos que sean esas personas que nos influyen más, y ser consecuentes que eso es muy poderoso, diría que más de lo que parece a simple vista.

Así que, si te apetece, dale un par de vueltas al tema y reflexiona sobre quiénes son tus cinco mayores influencias.

O tus diez, o quince, tampoco creo que sea una cuestión de limitarlo a un número tan reducido.

Si te gusta tu situación, fantástico, continúa así y no cambies nada, pero si no, ahora en verano muchos disponemos de más tiempo libre, por lo que es un buen momento para buscar activamente quiénes van a ser tus influencias a partir de ahora.

Es posible que contribuyan, ni que sea un poquito, a tu bienestar personal.

* * * * * *

El artículo de esta semana es algo más especial de lo habitual, dado que hoy escribo por última vez en esta columna que tanto me ha aportado.

Así que, querido lector, quisiera despedirme de ti y agradecerte que me hayas acompañado en algunos de mis artículos.

Ha sido un verdadero placer compartir contigo mi tiempo, anécdotas y aprendizajes a lo largo de estos casi tres años.

Te deseo un feliz verano y sobre todo que, hagas lo que hagas, tenga sentido para ti.

Aunque nadie más lo entienda.

Si deseas recibir más reflexiones, anécdotas y estrategias para sobrellevar mejor la vida cotidiana, puedes seguirme la pista a partir de ahora aquí.

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