Ladrillos, cemento, arena, agua, andamios,… todo preparado para sellar las puertas y ventanas del palacete del Paseo de la Estación. El inmueble se encuentra a la venta libre de cargas.
Los vecinos veían con preocupación el estado del inmueble por el abandono y el deterioro que año tras año han ido observando. Cada primavera ven como la vegetación crece sin control y cada verano, al secarse, presenta un peligro por la posibilidad de incendiarse.
Durante los meses de frío, es frecuente que acudan agentes de la policía local, incluso bomberos, para desalojar a personas sin hogar.
Parece que con las medidas de sellar las ventanas y las puertas, además de apuntalar un poco el edificio, será muy difícil que se pueda acceder a su interior.
Un inmueble con historia
Es uno de los chalet singulares que aún quedan en Salamanca. Un inmueble que muchos salmantinos al pasar junto a su verja quisieran entrar, comprar, adecentar y vivir allí, por su ubicación y porque encierra ese halo de misterio.
El palacete del Paseo de la Estación pertenecía a una de las familias ‘bien’ de Salamanca. Se edificó a finales del siglo XIX, cuando esta zona de la ciudad comienza a tener auge debido a la construcción de la estación de tren, entre 1880 y 1886. Por este motivo, no extraña que el ‘chalet’ del Paseo de la Estación fuera el lugar donde se cuenta que se instaló el consulado de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.
Esta casa fue mandada construir por Alfredo Sánchez Moyano, un abogado del Estado que llegó a gozar de tanto prestigio que fue nombrado delegado regio por el rey Alfonso XIII.