Las defecaciones de palomas son tan abundantes en La Alamedilla que su olor es nauseabundo.
Los pasantes, caminantes y ciudadanos que atraviesan por relax u obligación el tramo lateral de la plaza de España y el paseo de la Estación se ven sorprendidos mañana sí, mañana también (las tardes no son una excepción) por el hedor que emana del suelo, que algunos días del intenso calor ha sido repugnante.
Son conocedores los viandantes de que las palomas y demás aves defecan donde la necesidad se impone, pero la limpieza de las zonas corresponde al Ayuntamiento.
Las secreciones de los animales no solo traen repelente olor…