Nueva queja vecinal, en este caso debido al mal estado que presenta la pasarela sobre las vías del tren en el apeadero de La Alamedilla.
«Las barandillas están oxidadas en muchos tramos. Se caen a cachos. Está llena de pintadas. Por la noche, en el primer tramo viniendo desde la Alamedilla no se ve nada. Está a oscuras y no sabes dónde pisas», indica un vecino.
En fin, «me parece una infraestructura indigna para una ciudad como Salamanca, a escasos metros del centro, junto a varios colegios y con niños que se pueden cortar con los hierros oxidados», concluye.