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Homenaje a un “hombre de bien”

La Subdelegación del Gobierno acoge un sentido, familiar y emotivo homenaje a Antonio Cepas, último gobernador de Salamanca en la II República
Familiares de Antonio Cepas, políticos y miembros de Memoria y Justicia de Salamanca.

«Decían de mi abuelo que era un hombre de bien”. Así define Teresa a su abuelo Antonio Cepas, el último Gobernador Civil de Salamanca en la II República. Otro de sus nietos, Enrique, al único que el viejo gobernador conoció en vida, contó que era él quien se encargaba de bañarlo. “Mi madre decía que llenábamos el cuarto de baño de agua”, recuerda.

Junto a ellos también acudieron a Salamanca otras dos nietas, Pilar y Luisa. Fue un biznieto el que encontró un artículo escrito por el profesor de Historia de la Usal y miembro de la Asociación Memoria y Justicia de Salamanca, Santiago López, sobre su abuelo. Tiró de ese hilo y llegó a la asociación. Allí recibió la información que tenían sobre el último gobernador y fue el embrión de este homenaje que se ha llevado a cabo este sábado en la Subdelegación del Gobierno.

“Somos personas de buena voluntad y estamos en la casa de todos, la Subdelegación. El homenaje es para vuestro abuelo, que era un hombre bueno. Era de justicia que se reconociera el trabajo de Antonio Cepas, el último gobernador de la II República”, recordó Encarnación Pérez, subdelegada del Gobierno en Salamanca.

El estará presente en ésta, su casa. Antonio Cepas era un ejemplo de servicio público y de cercanía. “Él se jugó su vida y la pérdida de libertad durante muchos años”, resumió la subdelegada.

Santiago López, en calidad de miembro de la asociación Memora y Justicia, recordó la figura de Antonio Cepas como militar, profesor e intelectual.

Cepas fue un importante militar, hablaba inglés y francés. Consiguió tres medallas del Gobierno de la República, pero el franquismo no se las reconoció nunca.

Cepas escribió dos libros como intelectual y profesor de la escuela militar de Ávila de contabilidad y logística.

Tuvo conexiones con los intelectuales y Sánchez Albornoz le invitó a ser miembro de Izquierda Republicana, donde ejerció varios cargos políticos.

Sánchez Albornoz quiso que fuera gobernador civil y en 1936 llegó a Salamanca después de haber pasado por tierras vascas ocupando ese puesto.

En Salamanca fue un gran pacificador. La tensión social en Salamanca se fue reduciendo, porque la figura de Cepas se convirtió en fundamental. “En Semana Santa hubo enfrentamientos, pero solo en Béjar fueron conflictivos. Cepas requisó las armas. Eso hizo que cuando llegó Corpus Christi solo hubiera gritos, no tiros. Cuando se produjo el alzamiento en Salamanca no había armas. Por eso hubo pocos tiros”, recuerda Santiago López.

Al terminar la Guerra Civil fue condenado a 30 años de cárcel y toda su historia como militar y profesor se perdió. Este miércoles 3 de octubre, al ser aprobada la Ley de Memoria Democrática, se declarará la ilegalidad del juicio y nula la sentencia. Se hará lo mismo con Antonio Cepas y con los miles de españoles que tuvieron juicios injustos y sentencias desproporcionadas que a algunos les costó la vida.

Es una historia triste

Antonio Cepas fue condenado a 30 años de prisión y se le reduciría la condena si no manifestaba la oposición. Como muchos militares debió de pasar 10 años en la cárcel. Primero se va a Tetuán donde vive con sus hijos y nietos.

“Unas víctimas fueron reconocidas a lo largo de la dictadura y las republicanas fueron humilladas y olvidadas. Estos actos dignifican a esas víctimas. Estos hombres y mujeres hubieran hecho que España fuera uno de los países más avanzados del mundo, pero llegaron la guerra y la dictadura, y el franquismo los echó de España o los abocó al ostracismo”, señaló Fernando Martínez, secretario de Estado de Memoria Democrática.

Martínez recordó lo importante que eran los gobernadores en la época de Antonio Cepas. “Los llamaban los ‘poncios’, porque nombraban a los jurados mixtos, patronos y obreros. Esas personas eran las que hacían los convenios laborales de aquella época. Era muy importante escoger a las personas más justas”,

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