Vuelve como las aves migratorias. Héctor Ñaupari, poeta peruano, sigue ilusionándose con su visita a Salamanca. Tiene la misma ilusión que hace 22 años cuando vino como estudiante, ahora lo hace como uno de los poetas que participan en el Encuentro de Poetas Iberoamericanos organizado por la Universidad de Salamanca
¿Salamanca ha cambiado mucho desde que usted vino por primera vez al Encuentro de Poetas Iberoamericanos?
Salamanca es eterna. No cambia, mejora. Los años pasan por ella como por los mejores vinos. Desde que vine por primera vez, a estudiar, hace 22 años, la encuentro más bella. Ahora que el Encuentro de Poetas Iberoamericanos que organiza Alfredo Pérez Alencart cumple sus bodas de plata, era irresistible para mí venir y participar. En las diez ocasiones que he regresado dejo siempre algo de mi corazón y mi alma aquí. Como si nunca me hubiera ido. El mundo teme al tiempo, pero el tiempo teme a Salamanca. Por eso hay que hacer el viaje de vuelta, siempre, y sumergirse en sus piedras doradas, su fascinante historia y su siempre expectante futuro.
Héctor, ¿para ser poeta es necesario ser un poquito salvaje?
Por supuesto, hay que saltarse las normas y ejercer la desobediencia civil en un mundo cada vez más políticamente correcto e intoxicado con la cultura de la cancelación. La poesía es libertad. Ahora bien, ese apetito por el desenfreno siempre hay que tenerlo, en la poesía cómo no, y en la vida también: las dosis las decide cada uno según su libre albedrío. Solo los humanos somos desenfrenados y salvajes: en esa puerta giratoria de las convenciones y el frenesí, vivimos de verdad.
Es uno de los poetas del Encuentro de Poetas Iberoamericanos. ¿Qué nos traerá en la maleta?
Los primeros poemas de mi nueva obra, llamada El colibrí ante la lila, que me lleva por el terreno estrictamente romántico. La poeta Rocío Valencia Haya de la Torre descubrió para mí al colibrí cola de espátula, de las selvas peruanas: un ave singularmente hermosa. De allí el título. Los textos de mi futuro poemario buscarán representar la fragilidad del amor, el aleteo breve pero intenso del descubrimiento que tenemos al sabernos enamorados. Espero que les guste.
Hemos vuelto a la normalidad. ¿Qué cree que hemos aprendido?
Confío en que hayamos aprendido a querernos un poco más. A saber que no hay mañana, que en tronar de los dedos podemos sencillamente no estar más. Que vivir es un imperativo, la vacuna que nos debe inmnunizar contra la depresión, el vacío, el sinsentido o el aburrimiento que son los males actuales a mi entender. Confío en que hayamos aprendido a que la libertad es el fundamento de todas nuestras acciones, que nos define como seres humanos. Guardo esa esperanza.
Usted que lleva su obra en recitales de muchos países. ¿Está viendo diferencias entreunos escuchantes y otros?
Si, recientemente he estado en Bogotá, Colombia, en el Festival de Poesía “Las letras de su mano” que organiza el genial poeta Federico Díaz – Granados. Las asistencias son motivadoras, desafían la lluvia que siempre en Bogotá es imprevista. Guardo con especial recuerdo un recital que dimos con Alfredo Pérez Alencart y Harold Alva, poetas y hermanos en la palabra. Inicialmente enfrentamos un auditorio vacío, debido a la lluvia, que con los minutos de espera se terminó colmando. Los rostros varían, pero la actitud devota hacia la poesía y los poetas es singularmente parecida. Me siento bendecido de recibir ese tiempo de los oyentes y espero que mi obra esté a la altura de lo que ellos y los lectores esperan.
¿Qué valoración hace del público salmantino?
Es el mejor de Europa. Sus estudiantes, sus participantes, sus oyentes. Un público leal a la ciudad de los saberes y muy docta que es Salamanca.
¿Cómo se presenta este Encuentro de Poetas Iberoamericanos?
Como el Encuentro de la Pospandemia. El Encuentro vuelve con fuerza, galvanizado por los viajes que, como un nuevo Ruben Darío, ha hecho Alfredo Pérez Alencart por toda América Latina: es el sembrador de la poesía en castellano, y este año veremos los 25 años de esa cosecha. Poesía que en él encarna en solidaridad, equidad, respeto al prójimo y hermandad. Invito a todos a participar.
Poeta, abogado, promotor de la libertad. ¿Dónde encontramos más a Héctor Ñaupari.¿o depende del momento del día? Si es así, a qué hora vemos al poeta, al abogado y el promotor de la libertad.
Debo decir que soy abogado en el día, poeta en la noche y promotor de la libertad a tiempo completo.
Este año no presenta obra, por problemas técnicos. ¿Nos podría hablar de su último trabajo?
Si, en las próximas semanas se publicará mi más reciente libro de ensayos, “La libertad en el corazón y otros ensayos” que será publicado por la editorial peruana Mesa Redonda. Reúne mis escritos de los últimos ocho años, dispersos en periódicos y redes sociales, incluyendo aquel con el que gané el Premio Charles S Stillman 2021 de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Lo veremos pronto por aquí.
1 comentario en ««Los años pasan por Salamanca como por los mejores vinos»»
Delicada entrevista al poeta. Me alegrará poder conocerlo y como es lógico aprender de él.