[dropcap]E[/dropcap]l Ministerio de Cultura se decidió a cumplir sus compromisos con Salamanca. Después de la rehabilitación de la Casa de las Conchas vinieron la ampliación del archivo de San Ambrosio, el nuevo archivo provincial y la urbanización de las plazas de San Blas y de la Merced. Para concretar las acciones tuvimos una reunión de trabajo con el subsecretario de Cultura, Ignacio Quintana.
Como ya hemos comentado, las ayudas a la rehabilitación de viviendas podían llegar al millón de pesetas. Fueron abundantes y una de las claves de la salvación del Barrio Antiguo. Las primeras fueron a parar a Fermín Terrón y Carlos López Berges para rehabilitar dos viviendas en la calle Tavira. Rosario Martín Barrientos recuperó dos casas en la Ribera del Puente, Amparo Sánchez Blázquez otras dos en la calle Placentinos y Basilio Martín Patino una casa familiar en la calle Arcediano.
Las ayudas a la rehabilitación de viviendas aumentaron la autoestima y el orgullo de vivir en un lugar singular, los habitantes del Barrio Antiguo comenzaron a valorar su hábitat. El programa comenzó en 1984 con cierto pesimismo, no llegaron a cubrirse las ayudas previstas, pero los propietarios se fueron animando y el Barrio Antiguo terminó recuperado. En 1987 fue el primer año en el que se concedieron ayudas a 12 edificios sin catalogar.
Los vecinos de la Ribera del Puente además de recibir las ayudas municipales a la rehabilitación recibían también apoyo técnico e incluso se les rellenaba las solicitudes al tratarse muchas veces de familias iletradas o con escasa cultura. En los casos de gitanos intervenía con eficacia la ONG Integración Gitana. Para orgullo de cuantos creímos en la salvación del Barrio Antiguo voy a dar un dato, en 2014 solamente el 8% del Barrio Antiguo estaba sin restaurar, cuando en 1979 ese porcentaje superaba el 80%.
La restauración del Crucero del Río se llevó a cabo en octubre de 1982. La base de la cruz estaba muy deteriorada. La piedra arenisca que la recubría dañada por la humedad. El Ayuntamiento comenzó la rehabilitación sin el permiso correspondiente de la Dirección General de Patrimonio. La pequeña intervención y el escaso presupuesto nos hicieron ser negligentes en nuestra obligación como administración. La obra fue parada por una orden de la citada Dirección General. Una vez subsanado el error se reanudaron, y el Crucero de la Puerta del Río quedó consolidado para mucho tiempo.
En Salamanca quedan solamente tres cruceros de la veintena que lucieron en sus calles y plazas. El de San Cebrián fue trasladado con motivo de la apertura del cementerio de San Carlos para decorar una de sus plazas. Su estado de deterioro pide a gritos su recuperación y vuelta a la plaza de Carvajal, dejando en el lugar que hoy ocupa una réplica. El crucero de la huerta de los dominicos no es visitable por estar en clausura, aunque en su tiempo estaba en un espacio público que pasó, sin saber cómo, a manos de la comunidad dominicana. Dicho crucero se erigió para conmemorar un milagro de San Vicente Ferrer.