La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, a través de la Agencia de Protección Civil y Emergencias, trasladó hoy la importancia de adoptar medidas de prevención con los sistemas de calefacción por combustible vegetal para evitar intoxicaciones por gas. Y es que durante este año 2022, dos personas fallecieron por la inhalación de monóxido de carbono y otro medio centenar resultaron afectadas.
Protección Civil expuso que en más del 60 por ciento de los casos de intoxicación por monóxido de carbono que gestionó el centro de emergencias Castilla y León 1-1-2 este año, el origen del gas procedía de sistemas de calefacción con combustibles vegetales, como son el carbón, el cisco, la leña y en mucha menor medida, los ‘pellets’.
En este sentido, exhortó a mantener “siempre” ventilada la estancia en la que se coloque una calefacción de este tipo, bien sea dejando abierta una puerta o una rendija en la ventana que permita la circulación del aire puro. Además, advirtió de que es “del todo punto desaconsejable” colocar este tipo de calefacciones en los dormitorios.
Dentro del Plan de Promoción de la Autoprotección de Castilla y León, la Agencia de Protección Civil y Emergencias recuerda, además, que, en el caso de las instalaciones de gas, hay que asegurarse de que todos los equipos de calefacción estén instalados correctamente y de realizar las revisiones periódicas por parte de un profesional cualificado. Cuando los aparatos estén en funcionamiento, agregan, “es importante verificar que la llama que emiten sea del color adecuado (cuanto más azul sea ésta, más perfecta es la combustión)”.
Desde la Junta también pusieron de relieve que no hay que olvidar que todos los aparatos se encuentren en lugares correctamente ventilados, y nunca taponar las rejillas y respiraderos de las distintas estancias de la casa, algo que “se hace con frecuencia; por ejemplo, los días que hay mucho viento, lo que propicia la falta de oxígeno necesario para una correcta combustión”.
Revisión de chimeneas
Protección Civil advirtió de que también puede resultar peligroso utilizar equipos portátiles como hornillos o barbacoas, que queman combustible en el interior de espacios cerrados. Aseveraron que se deben revisar además las chimeneas y los conductos de ventilación antes de comenzar la temporada de frío y después de los episodios de nevadas.
El peligro estriba en que tiene su origen en un gas, el monóxido de carbono, que es prácticamente imposible de percibir por los sentidos, puesto que no tiene olor y es invisible. Por eso, la única manera de detectar la irrupción de este gas venenoso son los síntomas que provocan en el ser humano, entre los que pueden citarse la aparición súbita de dolor de cabeza de intensidad progresiva, mareos, desorientación, náuseas y vómitos, sensación de hormigueo, dolor general e incluso desvanecimientos. En ese sentido, cabe destacar, según la Junta, la utilidad de instalar de sensores en la vivienda como una medida preventiva para detectar la presencia del gas.
En caso de ser víctimas de una intoxicación por monóxido o de encontrarse en una vivienda en la que hay una concentración alta de este gas, desde Protección Civil se expone que lo primero que hay que hacer es abrir las ventanas para permitir la entrada de oxígeno que ventile el ambiente, contactar con el centro de emergencias 1-1-2 para solicitar ayuda, para lo que se informará del lugar en el que se produce la emergencia y el número de personas que requieren asistencia y su estado. Finalmente, y si resulta posible, alejar a las personas afectadas de la fuente de origen del gas.