Gripe: cuatro de cada diez mayores de 60 años está sin vacunar

El porcentaje de vacunados es aún inferior entre los sanitarios

Castilla y León se enfrenta a la llegada del pico de la gripe con cuatro de cada diez mayores de 60 años sin vacunar y con cifras de sanitarios en hospitales inmunizados que rebasan tímidamente la mitad, un 55 por ciento, 20 puntos por debajo del objetivo marcado por la Consejería de Sanidad.

Y todo cuando el virus coexiste con el del Covid-19; ya supera los niveles epidémicos; se espera un adelanto de la cresta sobre el calendario habitual, incluso para principios de diciembre, y cuando está demostrado que la vacuna es el mejor aliado para disminuir el grado de enfermedad y también para evitar cuadros graves, incluso muertes.

Los datos de cobertura de Sacyl a los que ha tenido acceso Ical arrojan que la campaña de vacunación avanza de manera más lenta a lo esperado, con más de 345.000 mayores de 60 años sin haber acudido al centro de salud a recibir su dosis, de los 792.000 invitados. En concreto, la cobertura vacunal de los mayores de 60 años está en el 56,2 por ciento, cuando ha pasado un mes del inicio de la campaña.

Lo cierto es que las cifras adelgazan por el grupo de las personas entre 60 y 64 años, donde el porcentaje está en el 32,7 por ciento. Además, entre los de 65 y hasta los 69, también considerado grupo de riesgo, el dato se cierra con un 47,8 por ciento, una tasa considerada baja a estas alturas de la campaña vacunal. En el caso de los mayores de 75 años, aún falta por vacunarse casi un 30 por ciento, según el último informe de seguimiento vacunal actualizado esta misma semana que indica una cobertura del 71,3 por ciento.

Es la tónica general en todas las provincias, con coberturas muy inferiores a las dos últimas campañas, cuando los sueros llegaron a agotarse en mes y medio, con cifras sin precedentes que superaron, en 30 días, el tope de la campaña anterior. Y si esta es la situación entre dos de los grupos de riesgo más voluminosos, si se analizan los datos de profesionales, las cifras no son nada alentadoras.

Así, las coberturas entre profesionales de los hospitales, grupo considerado de riesgo dentro de los trabajadores esenciales, tampoco invitan al optimismo. En estos momentos, la media está en el 55,4 por ciento, cuando la Consejería de Sanidad ha fijado para esta campaña el objetivo en el 75 por ciento, al igual que en las dos últimas temporadas. Es cierto que son cifras ya más elevadas a lo que venía siendo habitual antes de que el Covid-19 irrumpiera, cuando se solía marcar el objetivo de cobertura del 40 por ciento, y rara vez se llegaba a superar el 30. Este colectivo diana viene siendo uno de los los hándicaps habituales, ya que los porcentajes de cobertura de vacunación prepandemia solían ser muy bajos.

Provincias

La situación de la Comunidad es la tónica general en todas las provincias. Es cierto, que la de Salamanca acumula las tasas más bajas, con sólo un 45,6 por ciento de los mayores de 60 años vacunados. Por debajo de la media autonómica está también la provincia de León, con un 53,1 por ciento. Los datos más elevados se recogen en Palencia y Soria, con un 62,4 y 62,5 por ciento, junto a Zamora, con un 60,4 por ciento.

La provincia de Ávila roza casi el 60 por ciento. Al igual que Burgos, Valladolid y Segovia, con coberturas 57,6 por ciento en el primer caso, y del 59 por ciento en los otros dos.

Por lo que respecta a los hospitales, destacan los datos de sanitarios vacunados en el de Medina del Campo, en Valladolid, con un 96,2 por ciento. El Santos Reyes, en Aranda de Duero, también supera el objetivo marcado por la Consejería, con un 76,2 por ciento.

Por encima del 55 por ciento de la media autonómica de inmunizados están los complejos asistenciales de Ávila (65,5 por ciento); Burgos (62,8); el Santiago Apóstol en Miranda de Ebro (60,2); el de Salamanca (57,8 por ciento), así con el de Segovia (65,6 por ciento), además del de Zamora (69,2 por ciento). Soria suma un 59,8 por ciento.

El resto, menos el de Palencia (52,9 por ciento) no alcanza la mitad. El Hospital de El Bierzo, con el dato más bajo, llega a un 35,9 por ciento, junto al Hospital de León, con un 40,3 por ciento. Después están los de Valladolid capital, con un 46,6 por ciento en el caso del Hospital Universitario Río Hortega, y del 52 por ciento en la del Clínico Universitario.

La vacunación antigripal es primordial para los enfermos crónicos, por cuanto les protege de los posibles agravamientos y complicaciones que, en sus patologías de base pueda causar la gripe, por lo que es fundamental que se inmunicen ante la enfermedad.

Los grupos de riesgo sanitario que tienen recomendada la vacuna antigripal son los mayores de 60 años; las personas adultas y los niños mayores de seis meses que padezcan enfermedades crónica, ya sean pulmonares, cardíacas, renales, hepáticas, oncológicas, neuromusculares graves, diabéticos, hipertensos, inmunodeprimidos, hemofilia y trastornos hemorrágicos crónicos, receptores de hemoderivados y transfusiones múltiples, fístula de líquido cefalorraquídeo, enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria crónica, entre otras.

También, está indicada en personas con discapacidad y/o déficit cognitivo; pacientes crónicos de cualquier edad institucionalizados; niños y adolescentes de entre seis meses y 18 años que reciban tratamientos prolongados con ácido acetilsalicílico, por la posibilidad de desarrollar el síndrome de Reye tras la gripe.

También, se dirige a personas con obesidad mórbida -índice de masa corporal superior a 40-; niños entre los seis meses y los dos años de edad con antecedentes de prematuridad menor de 32 semanas; y gestantes, en cualquier momento del embarazo, y mujeres durante el puerperio, si no se han vacunado durante el embarazo.

La vacunación se estima necesaria también para residentes de cualquier edad en instituciones -geriátricos y de asistencia a enfermos crónicos, disminuidos psíquicos, etc.-; trabajadores de centros sanitarios; personas que puedan transmitir la gripe a pacientes de riesgo: trabajadores de centros asistenciales de mayores, trabajadores sociales de similar dedicación -atención a crónicos-; cuidadores y convivientes con personas de riesgo; estudiantes en prácticas en centros sanitarios; servicios esenciales para la Comunidad (bomberos, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, Protección Civil, etc.); trabajadores de granjas y mataderos de aves y otros relacionados con el medio ambiente; y personal de centros educativos en cualquier nivel de enseñanza.

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