El Tropezón, muy disciplinado y aplicado para ejecutar a la perfección su patrón de juego, consiguió irse al vestuario con ventaja gracias al gol de Fer (minuto 28) aprovechando un pase de Rafa, aunque el Guijuelo poco a poco fue imponiendo su estilo y a llegar a la portería rival.
A los chacineros les faltó precisión en el último pase o en el remate. Eso, cuando el árbitro auxiliar dejaba continuar las jugadas, porque parecía como si tuviera un resorte para frenar sus ataques por fueras de juego más que dudosos.
La cuestión, en la segunda parte, era ver hasta cuándo podía aguantar el Tropezón, que basaba su peligro en las subidas de Perujo y Fer, y en las salidas rápidas cuando recuperaba el balón en la defensa para luego cambiar el balón a la banda contraria buscando la espalda de los defensores chacineros.
En la reanudación, Rubén de la Peña dio entrada a Manu Moreira por Gordillo en busca de mayor mordiente por la banda, más velocidad en el ataque para complicarle la vida a los cántabros, que en ese aspecto superaban a los guijuelenses.
Cuchillos afilados
Mientras el Guijuelo afilaba los cuchillos, los cántabros empezaron a perder fuelle. Pino empató en el 53 tras bajar dentro del área un balón con el pecho y batir al juvenil Pacheco (que tuvo que sustituir a Dorronsoro portero titular) por debajo de las piernas.
A partir de ahí, el Tropezón apenas tuvo un par de arreones, pero Peña hizo el 1-2 en el 63 dejando tocado al equipo de Torrelavega, que perdía fuelle mientras el Guijuelo afianzaba su dominio. Wilfred evitó el empate con un paradón, pero diez minutos después Gago marcó por la escuadra el 1-3, cuando los cántabros ya estaban con uno menos por la expulsión de Rafa por doble amarilla.