Invierno y castañas van de la mano. El centro Salamanca ha vuelto a ambientarse con los tradicionales puestos de castañas asadas. Sin embargo, este año por Navidad, muchos están cerrados
Felipe, presidente de la Asociación de Castañeros de Salamanca, confirma que el hecho de que algunos hayan acabado la temporada antes se debe a que “ha habido mucha menos producción de castañas. Han venido muy secas porque no ha llovido. El fruto no ha aguantado y se ha perdido mucha castaña. Es preferible cerrar a dar mal género”, indica.
Una de las que mantienen abierto su puesto de castañas asadas es Sara, castañera desde hace 22 años. Nacida en Ciudad Rodrigo y conocida por todo el que pasa por la calle Toro, la más concurrida de la ciudad.
Sara cursó en Salamanca su carrera universitaria. A día de hoy compagina su trabajo en una gestoría con la venta de castañas. Ella empezó en este mundo por probar, le gustó y mantiene su puesto a rebosar tanto de castañas como de clientes que no dejan de comprar.
Respecto a las ventas de este año, Sara asegura que “van muy bien. Se han abierto casi la mitad de los puestos. Al haber menos puestos, vendemos más. Respecto al año pasado he vendido incluso más. Con la covid también se vendió muy bien. Al no haber bares, las personas llegaban aquí como pollo sin cabeza”, bromea Sara. De hecho, “he llegado a tener cola hasta de siete u ocho personas”, dice.
Sara está en su puesto de lunes a domingo, de 17.30 a 21.30 horas. Sin embargo, esto para ella no es ningún sacrificio, ya que asegura que “no lo considero trabajar. Hago esto porque me gusta la calle, hablar con las personas y vender castañas. Yo podría poner a alguien que vendiera por mí, pero no lo hago porque disfruto haciendo esto. Encima, si puedo sacar algo de dinero, pues mucho mejor”.
En cuanto a la previsión, Sara asegura que ha hecho exactamente la misma que el año pasado. “Con las castañas que tengo, espero aguantar hasta el día de Reyes. Como ha habido días que ha llovido y no he podido abrir, probablemente lo alargare en el mes de enero para recuperar esos días. Aunque la lluvia me ha podido perjudicar en su momento no voy a perder días de trabajo”, explica.
Como todo, el carbón también ha subido. En este caso, alrededor de un 50%. “Otras veces recargaba de 17.00 a 21.00 horas y este año a veces a las 19.00 me toca recargar otro poco”, explica la castañera de la calle Toro.
Como buena salmantina, Sara apuesta por el producto local. “Si hay en la zona, siempre cojo de aquí, de Salamanca. En el caso de que aquí no haya ya busco de otro sitio”.
1 comentario en «La historia de la castañera de la calle Toro»
De asociación nada de nada y todo lo que dicen es mentiras