El Rey instó este sábado a fortalecer «nuestras instituciones» que deben de ser «un ejemplo de integridad y rectitud» y a la vez alertó de que «un país o una sociedad dividida o enfrentada no avanza, no progresa ni resuelve bien sus problemas, no genera confianza. La división hace más frágiles a las democracias; la unión, todo lo contrario, las fortalece».
Así se pronunció en su mensaje de Nochebuena, el noveno desde que llegó al trono, cuando España vive una crisis institucional por la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que lleva caducado cuatro años y, en particular, por la decisión del Tribunal Constitucional (TC) de impedir que las Cortes den luz verde a la reforma impulsada por el Gobierno que afecta a los mecanismos de su renovación.
Felipe VI pidió que todos realicemos «un ejercicio de responsabilidad y reflexionar de manera constructiva sobre las consecuencias» que puede traer ignorar los riesgos de estos enfrentamientos «para nuestra unión, para nuestra convivencia y nuestras instituciones».
Ante esta situación el Rey demandó «unas Instituciones sólidas que protejan a los ciudadanos, atiendan a sus preocupaciones, garanticen sus derechos, y apoyen a las familias y a los jóvenes en la superación de muchos de sus problemas cotidianos. Instituciones que respondan al interés general y ejerciten sus funciones con colaboración leal, con respeto a la Constitución y a las leyes, y sean un ejemplo de integridad y rectitud».
En este contexto hizo una defensa de la Constitución, aprobada hace ya 45 años y aunque reconoció que desde entonces han cambiado muchas cosas, «el espíritu que la vio nacer, sus principios y sus fundamentos, que son obra de todos, no pueden debilitarse ni deben caer en el olvido. Son un valor único en nuestra historia constitucional y política que debemos proteger, porque son el lugar donde los españoles nos reconocemos y donde nos aceptamos los unos a los otros, a pesar de nuestras diferencias; el lugar donde hemos convivido y donde convivimos en libertad».
En este sentido, recordó que la Carta Magna es «fruto del diálogo y del entendimiento» y que «representa la unión lograda entre los españoles, como apuesta de futuro, de diversidad y de concordia, para una joven democracia».
«Hoy, con el paso de todos estos años, nuestros valores constitucionales están enraizados en nuestra sociedad; y son por ello la referencia donde los españoles debemos seguir encontrando la unión que nos asegura estabilidad, cohesión y progreso. Y que nos garantiza una convivencia que, como he destacado a menudo, es nuestro mayor patrimonio. Una convivencia que requiere en nuestra vida colectiva el reconocimiento en plenitud de nuestras libertades, junto al respeto y la consideración a las personas, a sus convicciones, y a su dignidad», concluyó.
Europa
También se refirió en su alocución navideña la importancia de Europa en el devenir histórico de España. «Contribuyó a consolidar nuestra democracia, a potenciar nuestro crecimiento económico y nuestro desarrollo social. Hoy, compartimos muchos de sus problemas y contribuimos a sus decisiones con nuestra propia personalidad y nuestros intereses» como los retos . sanitarios, los financieros o los relacionados con el modelo energético o medioambiental, que «reciben soluciones integradas en el marco común de la Unión Europea».
“Por ello, lo que se decide cada día en la Unión afecta, y mucho, a la vida cotidiana de todos los españoles. Esa es la realidad. Somos Europa, pero también necesitamos a Europa, que es nuestro gran marco de referencia político, económico y social y que, por ello, nos ofrece certeza y seguridad”.
«Estoy seguro de que el compromiso de España quedará reforzado con la Presidencia rotatoria de la Unión que asumirá el año que viene. Decía al comienzo que vivimos tiempos, sin duda, de incertidumbre. Pero si el éxito de una nación depende del carácter de sus ciudadanos, y de la personalidad y el espíritu que mueve a su sociedad, debemos tener razones para mirar al futuro con esperanza», concluyó.
Confianza
El monarca también pidió este sábado a los españoles «tener confianza en nosotros mismos» para «superar las adversidades» económicas, sociales o institucionales. Además, defendió «la transformación y modernización de España de las últimas cuatro décadas, gracias al éxito de nuestra transición a la democracia y la aprobación de nuestra Constitución» elementos que avalan esa confianza del pueblo español y en concreto se refirió a la crisis de la covid, ya superada. «Somos un país que, como ahora, siempre ha sabido responder, no sin dificultades ni sacrificios, a todas las adversidades, que no han sido pocas a lo largo de estos años», aseveró.
«Pero si el éxito de una nación depende del carácter de sus ciudadanos, y de la personalidad y el espíritu que mueve a su sociedad, debemos tener razones para mirar al futuro con esperanza», destacó Felipe VI, porque considera que «somos una de las grandes naciones del mundo, con muchos siglos de historia, y los españoles tenemos que seguir decidiendo todos juntos nuestro destino, nuestro futuro. Cuidando nuestra democracia; protegiendo la convivencia; fortaleciendo nuestras instituciones».
Por lo tanto, añadió «debemos seguir compartiendo objetivos con un permanente espíritu de renovación y adaptación a los tiempos. Con confianza en nuestro país, en una España que conozco bien, valiente y abierta al mundo: la España que busca la serenidad, la paz, la tranquilidad; la España responsable, creativa, vital y solidaria. Esa España es la que veo, la que escucho, la que siento en muchos de vosotros; y la que, una vez más, saldrá adelante. En manos de todos nosotros está».