La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, aprovechó este miércoles en Valladolid la presentación del balance provisional de siniestralidad vial de 2022 en la Comunidad para anunciar un incremento “adicional” de los controles y la vigilancia en las carreteras de la Comunidad después de un “año especialmente negro y malo”.
Ical.- No en vano, se han producido 121 siniestros mortales en los que han fallecido 136 personas y otras 53 resultaron heridas de gravedad. Son 38 siniestros, 40 fallecidos y 30 heridos graves más que en 2019, que es referencia al ser prepandemia y sin restricciones de movilidad. Por lo tanto, de los 365 días del año en 120 hubo siniestros con víctimas mortales. Estos datos representan un incremento del 46 por ciento de accidentes, del 42 por ciento de fallecidos y del 130 por ciento de personas hospitalizadas.
Barcones subrayó, según recogió la Agencia Ical, que este año se prevé un refuerzo de los controles, orientados a las principales conducta de riesgo y a las carreteras convencionales. No en vano, tres de cada cuatro fallecidos en Castilla y León tuvo lugar en este tipo de vías mientras que uno fue en autovías y autopistas.
En este sentido, se prevé la instalación de 88 radares fijos para toda España, aunque se desconoce aún la distribución al estar pendiente de establecer las “prioridades” de cada territorio. “De una manera especial, se incrementarán los controles de velocidad en la Comunidad por la alta siniestralidad, sobre todo en las provincias donde ha habido una aumento exponencial de los accidentes con víctimas mortales”, subrayó. Además, la delegada del Gobierno precisó que las carreteras de la Comunidad ya cuentan con el apoyo de dos helicópteros de vigilancia procedentes de otras regiones limítrofes.
Anunció que la Dirección General de Tráfico (DGT) plantea un aumento de efectivos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil a nivel nacional para reforzar las labores de vigilancia en carretera, aunque se desconoce cuántos podrán llegar a la Comunidad.
En la actualidad, la plantilla de la Benemérita en Tráfico está formada por 1.300 agentes y el objetivo, según señaló el teniente coronel jefe del sector de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Castilla y León, Francisco Iturralde, es recuperar los efectivos que se han perdido en los últimos años.
Hasta que llegue este refuerzo, Virginia Barcones significó que, en la actualidad y a la vista del aumento de los accidentes, las patrullas de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil ya colaboran con el sector de Tráfico. “La simple presencia de patrullas en las carreteras tiene su efecto de recordar la importancia de cumplir con las normas”, aseveró.
Por último, advirtió a los “malos” conductores que las campañas de control de alcohol y drogas se intensificarán. Y es que tras las distracciones y la velocidad inadecuada (25 fallecidos), el alcohol y las drogas (14 muertos en doce siniestros) son el tercer factor concurrente que está detrás de los accidentes de tráfico en las carreteras de Castilla y León. A fecha de noviembre, los positivos por alcohol y drogas eran 800 más que en el mismo periodo que en 2019, hasta superar los 3.000.
Todas las provincias, salvo León, presentaron peores cifras que hace tres años. En concreto, por provincias, aumentaron las personas fallecidas en Ávila, Segovia y Soria (ocho más, en cada caso); Burgos (trece más); Zamora (seis más), Valladolid (cuatro más) y Palencia y Salamanca (dos más, en cada una). En cambio, la provincia leonesa disminuyó en once fallecidos respecto del año prepandemia.
Por tipo de vía, las carreteras de doble sentido registraron 106 muertos (78 por ciento del total) y treinta en autopista y autovía (22 por ciento). Respecto a 2019, aumentaron tanto los fallecidos en autopista y autovía (+76 por ciento) como en carretera convencional (+34 por ciento).
Por tipo de accidente, la salida de vía supone más de la mitad de los fallecidos (51 por ciento) en las vías de la Comunidad, con una subida del 57 por ciento respecto a 2019.
En cuanto al tipo de usuario, ha cambiado la tendencia de los últimos años. En 2022, se han reducido en un 19 por ciento los fallecidos vulnerables y subieron un 63 por ciento los fallecidos en turismo. En concreto, en el cómputo global, fallecieron 29 usuarios vulnerables, siete menos que en 2019.
Este descenso se ha producido de forma significativa en los motoristas, con 16 fallecidos el año pasado, seis menos que en 2019 (cuando hubo 22); pero también en los ciclistas, con dos usuarios de bicicleta fallecidos frente a los seis de 2019.
El dato negativo viene con el aumento de los peatones fallecidos, con diez en 2022 frente a los ocho de 2019. De estos, tres fueron en autopistas y autovías, y siete en vías convencionales. De los diez peatones fallecidos, ninguno hacía uso de prenda reflectante.
En cuanto a la edad de los fallecidos en carretera en 2022, los mayores aumentos por franja de edad se producen en los grupos de 35 a 44 años, con 26 fallecidos; y de 44 a 55 años, con 25 fallecidos. Los mayores de 75 años, con 23 fallecidos, representaron el 17 por ciento del total. Por día de la semana, el 82 por ciento de los fallecidos se registró en día laboral (121 víctimas mortales).
En cuanto al uso de accesorios de seguridad, la delegada detalló que, de las 95 personas que viajaban en turismo y furgoneta, catorce (el 15 por ciento) no llevaban el cinturón de seguridad en el momento del accidente. “Al menos siete de ellas podrían haber salvado su vida con tan solo ponerse el cinturón”, añadió. En cambio, sí hacían uso del casco los dos ciclistas y los 16 motoristas fallecidos.
Las cifras presentadas son provisionales y referidas solo a los accidentes mortales ocurridos en vías interurbanas y víctimas registradas hasta las 24 horas posteriores a producirse el siniestro. Las cifras definitivas ya consolidadas, que incluirán las victimas a 30 días de accidentes ocurridos en vías urbanas e interurbanas, permitirán tener la radiografía completa de la siniestralidad vial en España.
7% más de movimientos
Los datos demuestran que en 2022 se ha recuperado la movilidad anterior a la pandemia del COVID e incluso se ha superado. Y es que durante el año pasado se contabilizaron 44,8 millones de movimientos de largo recorrido por las carreteras de la Comunidad, que son un siete por ciento más que en 2019, cuando se quedaron en 41,8 millones. Además hay más coches en las vías, después de que el parque móvil se haya incrementado un 0,9 por ciento, llegando casi a 1,9 millones de vehículos mientras que el censo de conductores ha bajado en el mismo porcentaje, hasta los 1,5 millones.
La delegada del Gobierno apuntó que más movimientos y más vehículos han podido afectar al aumento de la siniestralidad, en la línea de lo ocurrido en España, donde en 2022 se produjeron 1.042 siniestros mortales, con 1.145 fallecidos y 4.008 heridos graves. Por lo tanto, se ha registrado una subida del cuatro por ciento en los muertos en carreteras del país en comparación con 2019.
Balance operación Navidad
Durante su comparecencia ante los medios, la representante del Gobierno en Castilla y León hizo balance también de la Operación Especial Navidad 2022-2023, que se puso en marcha a las 15 horas del viernes, 23 de diciembre de 2022, y terminó a las cero horas del pasado domingo, 8 de enero. Se registraron más de 1,9 millones de desplazamientos reales en la Comunidad, con el balance de cinco siniestros mortales con cinco personas fallecidas, tres heridos hospitalizados y un herido no hospitalizado. Los siniestros se registraron en las provincias de Burgos, Palencia, Salamanca, Valladolid y Zamora. Uno de los fallecidos era usuario vulnerable en motocicleta.
De los cinco siniestros mortales registrados estas Navidades, cuatro fueron en carreteras convencionales y uno en autovía/autopista. Respecto de la Navidad del año anterior, los datos suponen un incremento notable, ya que en las fiestas de 2019-2020 hubo un fallecido, en la provincia de León.
Acompañada de la subdelegada del Gobierno en Valladolid, Alicia Villar, y la coordinadora autonómica de la DGT, Inmaculada Matías, reconoció que el balance provisional recoge datos “preocupantes”. En este sentido, declaró que la “frialdad” de las cifras no debe hacer olvidar que detrás de cada número hay una vida, una familia, amigos, compañeros y seres queridos. “Una situación dramática y dolorosa que queda detrás de estas 136 personas que han muerto en las carreteras”, confesó.
También quiso hacer un llamamiento a la colaboración ciudadana al subrayar que la siniestralidad vial es cosa de “todos”, ya que la mitad de las víctimas mortales en carretera se podría haber evitado. Apostó por que los conductores tomen conciencia del respeto a las normas.
Además, anunció “más acciones de educación, formación y concienciación” ya desde la infancia. “Los datos nos demuestran que no se puede bajar la guardia, que es necesario mantener el debate sobre seguridad vial activo, sensibilizar más y mejor la ciudadanía y, también, seguir adoptando medidas que ayudan a poner freno a esta situación”, indicó.
Barcones apostó por sensibilizar sobre el asunto desde la infancia. Fue entonces cuando recordó que la nueva ley educativa, la LomLOE recoge la implantación de la educación vial y la movilidad segura y sostenible en el currículo de Primaria, Secundaria y Bachillerato. Además, este año será el año de consolidación de la formación reglada con el Título de Técnico Superior en Formación para la movilidad segura y sostenible en la Formación Profesional. Está previsto también que se desarrollen los cursos de conducción segura y eficiente y se seguirán fomentando los cursos bonificados para personas con mayor exposición al riesgo y de conducción segura a trabajadores en moto.