¿Quién ha engañado a Paula Echevarría y a Sara Carbonero?

Alguien las colocó como iconos de estilo, como las its girls españolas

[dropcap]H[/dropcap]ace unos días nos dejó uno de los grandes modistos, Óscar de la Renta, y Nati Abascal, la gran Nati, la que conquistó en los años sesenta y setenta a los mejores de la aguja le rinde un homenaje en Hola. Vistiendo las creaciones más míticas del venezolano afincado en Nueva York.

Estilo. Eso sí que es estilo. Y posando, como hacían las grandes maniquies de las décadas doradas de la moda, cuando competían los pioneros: Balenciaga, Chanel, Dior, Yves Saint Laurent, Givenchy,…

Las modelos tenían estilo y los modistos también. Ahora, nos desayunamos con que las iconos de la moda son Paula Echevarría y Sara Carbonero. ¡Dónde vamos a ir a parar! Iconos, ¿iconos de qué? Sólo son jóvenes, ponen la piernecita para adelante, sacan moritos, miran a la cámara desafiantes y ya se creen modelos e it girls. ¡Por Dios! Si en lo único que arriesgan es en el perfume y quizá, ni en eso.

Las vemos a la dos asomadas en todas las revistas. Paula, con vestido fucsia y Sara, con uno negro, con pose de mujeres fatales, sobre todo la periodista.

Me pasa una cosa curiosa con Sara, que me empalaga, de verdad, y además, me produce un estrés brutal, sobre todo cuando la veo dando las noticias deportivas, porque la chica no para de dar saltitos sobre la silla y cuando ella acaba de leer la información, yo estoy agotada de haberla seguido en sus movimientos.

¿Estilo? Estilo no tienen ni Paula, ni Sara.  Coco Chanel decía que la moda se pasa de moda, el estilo jamás. El estilo es otra cosa, es mirar la vida de frente. Es estar segura. Es sentirte cómoda con tu piel. No es ponerte el vestido de turno que, en la mayoría de los casos, ni siquiera han elegido ellas. Me gustaría verlas dentro de 40 años, que son los que le saca Nati Abascal, año arriba, año abajo. Dudo que recordemos a la actriz y a la periodista por el estilo. Bueno, dudo que las recordemos.

Y seguimos con las grandes mujeres de nuestro país, al menos en lo que a estilo se refiere. Hay que decirle a Blanca Cuesta que aprenda un poquito, aunque sólo sea un poquito, de su suegra, Carmen Cervera, porque sólo ha copiado el peinado y todos sabemos que la Baronesa Thyssen se corta el pelo ella misma.

Por lo demás, la nieta de Rocío Jurado, María Teresa Campos y Nieves Álvarez, que de tan perfecta que es o quiere ser, aburre muchísimo.