La Azucarera de Salamanca cerró oficialmente el 20 de marzo del 2001 dejando en la calle a cerca de 500 empleados, que vieron cómo su futuro se tambaleaba. Siguió abierta hasta 2006 con la única función del envasado de azúcar y con una plantilla muy reducida. Desde entonces, el terreno está a la venta, pero no encuentra comprador. El nuevo plan urbanístico de Carbajosa restringe los usos del suelo, para evitar la especulación y fomentar otras actividades. El Grupo Ebro, su propietario, afirma que lo venderá «en condiciones que se consideren satisfactorias».
La empresa Azucarera Ebro Agrícolas siempre apuntó que cerraba su fábrica en Salamanca, junto a la de Jédula (Cádiz) y la alcoholera de Salobreña (Granada), pero que, en el caso salmantino, se compensaría con la creación de una planta de bioetanol que, tras varias reuniones y meses de discusión, se fijó en Babilafuente.
Son 20 hectáreas de suelo y Carbajosa autorizó en 2008 a Ebro Puleva a que permitiera a una empresa utilizarlos para uso ambiental regenerar esos terrenos y poner en marcha una planta de reciclaje de residuos de la construcción. Esa empresa es la misma que desmontó los altos hornos de Vizcaya y la central nuclear de Lemoiz.
En 2009 la empresa Carvabel Reciclados pidió licencia para actuar en el solar para construir un centro de clasificación y valoración de residuos de construcción y demolición de las instalaciones de la antigua Azucarera en la carretera de Alba de Tormes, en el término de Carbajosa. Una superficie destinada a uso terciario y en la que eran compatibles los usos comercial y residencial.
El Plan General de Ordenación Urbana en vigor de Carbajosa califica el suelo de la antigua fábrica de terciario, por lo que estará dedicado exclusivamente a equipamiento e industria, no se pueden construir viviendas
El Ayuntamiento apostaba por un poner allí un parque tecnológico, pero tampoco ha fructificado esa idea. Hace algunos años un gran grupo de distribución, con implantación en Salamanca, se interesó por el terreno para construir un centro de almacenaje y distribución, pero el proyecto tampoco cuajó.
Ebro se desprenderá de estos terrenos como ya hiciera en la localidad palentina de Venta de Baños en 2006 con los 274.000 metros cuadrados de la antigua planta remolachera, que vendió para construir más de 900 viviendas por nueve millones y medio de euros. Pero solo lo hará si llega una oferta interesante.
“Conforme al planeamiento urbanístico actualmente vigente, los terrenos de la antigua azucarera de Salamanca tienen un uso principal Terciario, compatible con el de Equipamiento e Industrial”, indica la empresa a La Crónica de Salamanca.
“Se trata de un suelo que actualmente no está afecto a la actividad del Grupo Ebro y, como tal, susceptible de desinversión en caso de plantearse la misma en condiciones que se consideren satisfactorias”, concluye.
El PGOU de Carbajosa establece que el futuro comprador debe especificar el uso industrial al que va a destinarlo, «limitando los usos incompatibles con el terciario característico».
Se descarta la construcción de viviendas, pero el nuevo ordenamiento urbanístico de la zona impide la implantación de «grandes establecimientos comerciales», tipo hipermercado.
Además, se tendrá que reservar un mínimo de 24.700 metros cuadrados (el 10% del terreno) par espacios públicos libres y otros 18.530 metros cuadrados para suelo para el sistema local de equipamiento público.
Igualmente, se deberá dar un tratamiento específico a las alteraciones del terreno producidas por los vertidos y excavaciones realizadas con anterioridad a la entrada en vigor del actual plan de ordenación urbana de Carbajosa, «con el fin de que sean compatibles con la urbanización de la ordenación detallada en el planeamiento de desarrollo».
La empresa salmantina Punto Viso realiza en la actualidad en los terrenos de la Azucarera gestión de residuos de construcción a partir de hormigón y cerámicos y fabricamos áridos reciclados. “Los acopiamos y bien utilizamos en restaurar antiguas balsas o bien los comercializamos”, indican desde la empresa.