La iglesia del Carmen

JESÚS MÁLAGA: ‘Desde el balcón de la Plaza Mayor’ (Memorias de un alcalde)
La iglesia del Carmen.

[dropcap]E[/dropcap]n noviembre de 1981, la Comisión Municipal Permanente aprobó una subvención de 100.000 pesetas para contribuir a la restauración de la iglesia del Carmen, en la Plaza de los Bandos. La Casa de Torres Villarroel y su colindante, conocida también como Casa de la Moneda, de la Orden de Santiago, entre las calles Balmes y Trilingüe, se restauró por sus propietarios, como también lo fueron las casas modernistas de la Plaza de Santa Eulalia, cuyas fachadas quedaron protegidas en el PGOU de Salamanca.

La Casa de Torres Villarroel se pudo conservar al aprobarse una modificación del Plan Especial del Barrio Antiguo, que en principio contemplaba una calle por medio que hacía desaparecer el edificio tal como lo contemplamos en la actualidad.

Hasta aquí los monumentos recuperados por el Ayuntamiento, pero, como he dejado constatado en este escrito, otros muchos fueron rescatados por otras tantas instituciones locales, provinciales, regionales y nacionales. Este ritmo de defensa patrimonial ha continuado con otras Corporaciones.

Hoy podemos afirmar que Salamanca es la ciudad con mayor número de edificios monumentales catalogados recuperados. Según el Centro de Estudios Salmantinos 46 monumentos están a punto de desaparecer y esperan su recuperación.

Valga recordar que el colegio menor Pan y Carbón, la ermita de la Misericordia, el seminario de Carvajal, las ruinas de los Jerónimos y el pozo de Nieve son algunos de estos monumentos que esperan su rescate.

Pero, a pesar de estos asuntos pendientes, debemos sentirnos orgullosos de que más del 90% del patrimonio salmantino está salvado. Espero ver con mis ojos la rehabilitación del 10% restante.

La Comisión Provincial de Patrimonio en su sesión de agosto de 1981 propuso al Ministerio de Cultura la nominación de Monumento Nacional a ocho edificaciones salmantinas, las iglesias de San Cristóbal, Santo Tomás Cantuariense, San Juan de Barbalos, San Julián y Capuchinos, el colegio de Calatrava, y las casas de María la Brava y de las Muertes.

Cada año, coincidiendo con las fiestas y ferias de Salamanca se iluminaban los monumentos más significativos de la ciudad. En 1979 solamente unos cuantos estaban iluminados, al acabar el tercer mandato más de cuarenta tenían iluminación artística.

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