Una de las arquetas de la céntrica avenida de Mirat es una trampa para los peatones
Está rota y el agujero es tan grande que puede colarse un pie. Sobre todo si el paseante va despistado hablando por teléfono o sin fijarse en el suelo por donde pisa.
Además, la arqueta está próxima a un semáforo, por lo que el transito es todavía más frecuente al ser una zona de cruce.