El alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, ha quedado en una situación insostenible tras el escándalo nacional y casi ya internacional del congreso de los jeques celebrado en Salamanca a finales de enero.
Un evento plagado de falsedades que destapó La Crónica de Salamanca, con jeques de pego y un conseguidor truhán, medidas disparatadas, promesas de inversiones multimillonarias inverosímiles, el derroche de dinero público y una terrible sensación de que se ha hecho el ridículo, tan mayores ya, arrastrando el nombre de la ciudad con una eficacia pocas veces vista.
Demasiadas cosas juntas que lastran la credibilidad de los dirigentes de la ciudad, cuya ineptitud y vagancia han quedado patentes. Y no se puede dejar pasar todo.
Se tomaron medidas con el conseguidor, un pobre hombre metido a conseguidor en las cañerías de la política de pueblo, para tratar de crear con él un cortafuegos para salvar a su amigo y mentor, el concejal de Tabernas, Fernando Castaño.
Este lunes se tomaron medidas contra Castaño, pero no es suficiente y hay que mirar por elevación al alcalde, máximo responsable de todo lo que ocurre en el Ayuntamiento. Y si no se ha enterado, peor nos lo pone.
El concejal Castaño tenía que conocer el recorrido vital y formativo de su amigo el conseguidor y el alcalde está obligado a saber eso y todo lo concerniente a sus concejales, precisamente para no acabar enfangado poniéndose una banda cruzada al pecho en el salón de recepciones del Ayuntamiento, ante unos jinchos que se estaban haciendo pasar por jeques.
Al prescindir de Castaño, el PP se queda en riesgo de perder la mayoría absoluta en el Ayuntamiento, a la espera de saber qué harán los ediles de Cs, y con la alcaldía en el aire apenas a tres meses de las elecciones.
1 comentario en «Carbayo queda en una situación insostenible»
«Teatro, lo tuyo es puro teatro», cantaba la canción. Ya va siendo hora de que esta ciudad levante cabeza, después de tantos años siendo coto privado de especuladores y carroñeros, avalados por políticos «simonitas» y sin escrúlos a la hora defavorecer intereses espurios.
NOTA: » Quod natura non dat, salmancatica non praesta».