El Parlamento Europeo ha aprobado la prohibición de vender coches y furgonetas nuevos de diésel y gasolina a partir del año 2035. Sin embargo, sobre los camiones y autobuses de larga distancia, aún existe una gran incertidumbre porque la normativa que los afectará todavía no se ha confirmado.
Este martes, el Parlamento Europeo ha aprobado el acuerdo por el que “se revisarán las normas en materia de emisiones de CO2 de los turismos y furgonetas nuevos”. Así, pretenden “reducir a cero en 2035 las emisiones de CO2 de turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos”. Además, habrá otros objetivos intermedios, como la reducción para 2030 de las emisiones para automóviles en un 55% y para furgonetas del 50%.
“Este reglamento impulsará la fabricación de vehículos de emisión cero o de baja emisión. Incluye una revisión ambiciosa de los objetivos para 2030 y 2035, esencial para alcanzar la neutralidad climática en 2050 a más tardar. Comprar y conducir coches limpios será más barato”, explicaba el eurodiputado Jan Huitema.
Respecto a los camiones y autobuses de larga distancia, aunque las medidas deben negociarse aún, la Comisión Europea también quiere reducir las emisiones. De esta manera, la propuesta consiste en reducir un 90% las emisiones en las flotas de nuevos camiones matriculados en la UE a partir de 2040.
Para lograr este objetivo, la Comisión plantea que la reducción sea del 45% en 2030, del 65% en 2035 y del 90% en 2040. Si bien es cierto, estas medidas tienen que negociarse todavía en el seno de la Unión, antes se ser aprobadas y puestas en marcha.
“En el horizonte de 2050 prácticamente todos los vehículos en nuestras carreteras deberán ser de cero emisiones. Lo exige nuestra ley climática, lo piden nuestras ciudades y los fabricantes se están preparando”, ha avisado Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea y responsable del Pacto Verde.
