La Audiencia Provincial de Salamanca mantuvo la condena a dos años y ocho meses de prisión a un hombre de 55 años años como autor de un delito “consumado” y “continuado” de abuso sexual a una menor en Ciudad Rodrigo al entender que no hay una “concurrencia de circunstancias modificativas de responsabilidad penal”.
De esta forma rechazó la revisión de la pena de acuerdo a la ley del ‘sólo sí es sí’, según recoge el auto facilitado por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL), informa Ical.
Asimismo, contra la presente resolución, se podrá interponer recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJ en el plazo de diez días desde su notificación.
En su argumentación, señala que no resulta más favorable para el reo la nueva norma y sostiene que la “dosificación” de la pena debe mantenerse en la revisión en los mismos términos en los que se fijó en la sentencia, cuando se condenó a una pena de dos años y ocho meses de cárcel, dentro de una horquilla de dos a seis años de prisión
En ese sentido, la Audiencia sostiene que no debería suscitarse “debate alguno” en los supuestos en los que no cabe la revisión en los que el arco de la pena está “dentro del precepto anterior”, de forma que ni se baja el límite máximo, ni el mínimo de la pena.
También manifiesta la “indeclinable” aplicación de la rebaja de condena en los casos en los que se condenó a la pena mínima y ahora en el tipo reformado es más bajo, debido a la ausencia de una disposición transitoria.
El hombre, Camilo de 55 años, que en 2010 ya había sido condenado por abusos sexuales a un año de prisión, aprovechó la celebración del carnaval de 2021, para “obsesionado con la menor de 12 años”, seguirla por la zona conocida como el Registro, en el exterior de las murallas, lo que hizo que la niña tuviera que llamar “asustada” a un familiar para que el procesado la dejara en paz.
Un mes después, el domingo 25 de abril del 2021, sobre las 14 horas, cuando se encontraba en las inmediaciones del bar del Jubilado, la vio pasar por allí y “sorpresivamente” la agarró por un brazo, le tocó ambos pechos y le pidió que se quitara la ropa, a lo que la menor se negó.
Además, le bajó la mascarilla y la besó en los labios. En este momento, al ver la escena, un joven se abalanzó sobre el agresor y lo apartó diciéndole: «Deja a la chica violador,» con lo que la niña pudo zafarse y huir corriendo del lugar.
Al día siguiente, el 26 de abril, el procesado encontró otra vez a la menor sobre las 17 horas, le agarró el brazo derecho y a continuación le echó mano al pecho derecho, diciéndole “cuando estemos a solas y en otro lugar te lo voy a comer todo”.
Sin embargo, en esta ocasión la niña pudo reaccionar a tiempo, le dio una patada en la entrepierna y huyó a la carrera, contándole seguidamente a sus padres lo ocurrido ese día y el anterior; pues hasta ese momento no les había dicho nada por temor a que no la dejaran salir a la calle.