La caída del SVB y el Signature Bank ha provocado un gran temor a nivel mundial por el posible contagio. Así, hay quienes creen que podría producirse lo mismo que tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008, más quiebras de entidades financieras cual fichas de dominó. No obstante, desde la Casa Blanca han insistido en que “esto no es 2008”.
El pasado viernes el Silicon Valley Bank (SVB) quebraba, y tras él lo hacía también el Signature Bank. Bill Ackman, administrador de fondos de cobertura, explicaba que “el riesgo de quiebra y pérdidas de depósitos aquí es que el siguiente banco menos capitalizado corra y quiebre, y que las fichas de dominó sigan cayendo” -tal y como se produjo en 2008.
En la crisis financiera de 2008 el primer banco en quebrar fue el Bear Stearns, dedicado a la inversión global y que emitió gran cantidad de valores respaldados por activos, muchas veces hipotecas. A medida que las pérdidas de los inversores fueron creciendo, el banco siguió aumentando su exposición, y terminó colapsando.
Posteriormente, el 15 de septiembre de 2008 Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión más grande de EEUU con 680.000 millones de dólares en activos declaró su quiebra.
Esta entidad estaba muy involucrada en el mercado de las hipotecas ‘subprime’, por lo que al estallar la burbuja inmobiliaria colapsó, siendo la mayor quiebra de la historia de EEUU.
Como consecuencia, el gobierno estadounidense aprobó la Ley de Estabilización Económica de Emergencia, dotando al Programa de Alivio de Activos en Problemas con 700.000 millones de dólares. Además, se aprobaron ayudas a propietarios de viviendas en dificultades y la Reserva Federal bajó los tipos de interés.
SVB y Lehman
La quiebra del SVB es muy diferente a la de Lehman, y es que la única similitud es la falta de supervisión por parte de los organismos competentes, que ha permitido demasiada amplitud en las operaciones. A partir de esto, lo demás son aspectos diferentes.
En primer lugar, a diferencia de la caída del SVB, la de Lehman se produjo a consecuencia de la burbuja hipotecaria. Además, los clientes del SVB eran, en gran medida, empresas tecnológicas que se financiaban aprovechando los bajos tipos de interés. Sin embargo, ante las subidas de tipos no han podido hacer frente a sus deudas. Este perfil es específico del SVB, no de los demás bancos.
Por todo ello, desde la Casa Blanca consideran que el colapso del SVB y el Signature Bank no es el inicio de algo más grande. “Esto no es 2008”, aseguran. También, para evitar el efecto contagio, se ha anunciado un plan para proteger los depósitos de ambos bancos, algo que no repercutirá a los contribuyentes.
“El sistema financiero de Estados Unidos es seguro”, ha recalcado Joe Biden este lunes. “Los estadounidenses tienen que confiar en el sistema bancario y financiero”, añadió, insistiendo en que “los depósitos están a salvo” y harán “lo necesario para que esto no afecte a otros países”.
