El 29 de enero de 2020, ‘El Chispi’ fue asesinado en el Barrio San José con su hija de corta edad en brazos. El desencadenante del crimen habría sido una relación extramatrimonial entre la víctima y la mujer de un primo hermano ‘El Pepón’, hijo de ‘El Vinas’, los principales acusados de los tiros que acabaron con la vida del Chispi. El Pepón se suicido posteriormente en la prisión de Palencia. El juicio ha comenzado este lunes en la Audiencia Provincial de Salamanca.
Texto: J.G.H.
Están imputados El Vinas, El Rafi (también considerado autor material de los tiros), así como sus respectivas mujeres, y la viuda de El Pepón, ellas en calidad de encubridoras y facilitadoras de la huida de los principales acusados.
Todo comenzó en el mes de mayo de 2019, cuando Juan Antonio L. ‘El Chispi’, estando casado, habría tenido, supuestamente, una relación sentimental con la mujer de su primo Sinforiano M.V. ‘El Pepón’, y sobrino de Cristóbal M.S. ‘El Vinas’”, según relató el fiscal. Desde ese momento, las relaciones entre ambas familias “comenzaron a ir mal”.
Tras ello, recurrieron al a “justicia gitana” para solucionar el conflicto. El “tribunal gitano” estableció un destierro de Salamanca durante 45 días para ‘El Chispi’, una pena que “se desconoce si cumplió”. Sin embargo, “Sinforiano y Cristóbal consideraron que no lo había cumplido”.
El 12 de octubre de 2019, tuvo lugar un encuentro en el Barrio San José entre ‘El Chispi’ y ‘El Pepón’, quien disparo en dos ocasiones al Chispi. El tiroteo, en el que estaba presente ‘El Vinas’ (padre del Pepón), acabó con una bala en el glúteo de ‘El Chispi’, quien fue trasladado al hospital y posteriormente denunció a sus parientes por la agresión.
Pese a ello, en el mes de noviembre del mismo año, el letrado de ‘El Chispi’ presentó “un escrito exponiendo que se renunciaba a la continuación del procedimiento”. Además, se incluyó una carta manuscrita por el propio ‘Chispi’ indicando que “no quería que la causa siguiera adelante”.
El juzgado continuó su labor y solicitó los informes médicos y trató de citar a ‘El Chispi’ para que declarase. Finalmente, el 28 de enero de 2020, se consiguió “un compromiso de su letrado de que lo llevaría a declarar el 13 de febrero” de ese mismo año. “24 horas después, Juan Antonio L. fue asesinado por Cristóbal (alias El Vinas) y su hijo Sinforiano (El Pepón), con el auxilio necesario de Rocío y Rafael”, sus respectivas esposas, según afirmó el Ministerio Fiscal.
Si bien el fiscal ha querido puntualizar que “en un principio” se consideraba que los asesinos habían sido Sinforiano y Rafael (El Rafi) “porque los dos huyeron juntos. Pese a ello, “las investigaciones posteriores y lo que han mostrado las cámaras de vigilancia” indican que “Rafael llegó tres minutos antes de que comenzase el tiroteo”. Por ello, “no podía ser uno de los tiradores”.
Rafael, “cansado de que no le exculparan”, “se presentó en el Juzgado con su mujer Susana y contaron su versión de los hechos, según la cual los tiradores fueron Cristóbal y Sinforiano” y reconocía haber llegado al lugar de los hechos “unos minutos antes” del tiroteo.
Por ello, ya en el mes de marzo de 2020, ‘El Vinas’ y ‘El Pepón’ trataron de asesinar a ‘El Rafi’ estando todos en prisión. Después de todo ello, ‘El Pepón’ se suicidó en la cárcel, “dejando una carta” en la que “exculpaba a su padre e inculpaba a Rafael”.
Desde la acusación particular han defendido que “aquí no se acude a la justicia gitana”, sino a la ordinaria. Además, de los acusados propuestos por el Fiscal, incluyen a Susana, pareja de ‘El Rafi’, como coautora, ya que iba en el coche con su marido cuando llegaron al lugar del crimen. También han querido incluir la alevosía, alegando que “asaltaron” a la víctima “cuando iba con la niña en brazos”, no pudo defenderse y “nadie se espera que lo ataquen”. Asimismo, incluyen el ensañamiento, ya que “después de dispararle y caer su hija al suelo, siguieron disparando”.
El abogado de la defensa de Susana ha acusado a Cristóbal y Sinforiano como autores del asesinato y ha recalcado que su defendida y ‘El Rafi’ pasaron por el lugar cuando iban “a recoger una carta”. Una vez allí, pararon, vieron lo que había sucedido y “’Pepón’ se metió en el coche y les dijo ‘¡tira!’”. También ha puntualizado que Rafael y Susana huyeron por miedo a los familiares de ‘El Chispi’ y no a la Policía, insistiendo en que “una vez que se calmaron las cosas colaboraron”.
En la misma línea se ha mostrado la letrada de ‘El Rafi’, quien ha asegurado que este “es inocente” y “no tuvo nada que ver ni participó en el asesinato”, pero que “estuvo en el lugar equivocado y en el momento equivocado”. Tras el asesinato, Cristóbal y Sinforiano “le ofrecieron comerse la responsabilidad”, pero este se negó, por lo que trataron de asesinarlo en prisión.
Tanto la abogada de ‘La Samira’, como el de ‘El Vinas’ y ‘La Rocío’, han asegurado la inocencia de sus defendidos. Mientras que la primera ha expuesto que Samira se limitó a informar a su marido de que había visto a ‘El Chispi’, “algo normal cuando tres meses antes había tenido un problema con él”. El segundo ha señalado que las acusaciones contra sus clientes se basan en “pareceres y suponeres”. Por ello, ha pedido “la libre absolución, porque nunca se va a poder demostrar que son culpables”.
Finalmente, respecto a las penas, la Fiscalía solicita 22 años de prisión para ‘El Vinas’ por el delito de asesinato, así como otros 2 años por tenencia ilícita de armas. Para ‘El Rafi’ pide 22 años de cárcel por asesinato y 6 meses por conducción sin carné. Por su parte, para ‘La Rocío’ solicita 18 años de cárcel por asesinato, 2 más por tenencia ilícita de armas y 3 meses por lesiones. Para todos ellos piden asimismo una indemnización conjunta de 150.000€ para la viuda de ‘El Chispi’, 75.000€ para el padre y otros 75.000€ para la madre.