Una investigación del Instituto de Salud Carlos III ha concluido que llevar una dieta poco saludable puede suponer un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de próstata agresivo. De esta manera, ha indicado cuáles son los alimentos que aumentan este peligro, así como aquellos que lo reducen.
“Nuestros resultados indican que evitar hábitos dietéticos poco saludables podría ser la mejor estrategia nutricional para prevenir el cáncer de próstata agresivo”, ha asegurado Adela Castelló-Pastor, autora principal del estudio publicado en ‘BJU International’.
Durante la investigación, en la que se detectaron 609 casos de cáncer de próstata durante el tiempo de seguimiento, se estudió las dietas de un total de 15.296 hombres, clasificándolas en occidental, prudente y mediterránea.
La dieta occidental se caracterizaba por una ingesta elevada de productos lácteos ricos en grasa, carne procesada, cereales refinados, dulces, bebidas calóricas, comida precocinada y salsas, así como una ingesta baja de lácteos bajos en grasas y cereales integrales.
Por su parte, la prudente incluye una ingesta elevada de productos lácteos bajos en grasa, frutas, verduras, cereales integrales y zumos. Finalmente, la mediterránea contaba con ingesta elevada de pescado, fruta, verdura, legumbres, patatas cocidas, aceitunas y aceite vegetal, así como baja ingesta de zumos.
En sus análisis, los investigadores hallaron un efecto perjudicial sobre el riesgo de cáncer de próstata -en tumores muy agresivos- y la dieta occidental. Mientras tanto, no encontraron ningún efecto entre ese riesgo y las dietas prudente y mediterránea.
“Sustituir la ingesta de productos dietéticos de tipo occidental por productos característicos de la dieta mediterránea también podría disminuir el riesgo de otras enfermedades crónicas”, concluye la coautora de la investigación, Marina Pollán.