La nueva regulación municipal de las terrazas ha generado quejas entre los hosteleros, quienes denuncian un control exhaustivo en las inspecciones por parte del Ayuntamiento. Con la pandemia valía todo y ahora los profesionales tienen que adaptarse a la nueva normativa, algo que no siempre es sencillo. Las multas pasan en muchos casos de los mil euros.
El control de las terrazas en hostelería por parte del Ayuntamiento está provocando un gran número de quejas por parte de los profesionales del sector, que denuncian un exceso de celo en las inspecciones que se llevan a cabo. “Si hay seiscientas y pico o setecientas licencias de terraza en Salamanca, lo mismo se están quejando unas cien”, reconoce Jorge Carlos Moro, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca (Aehs).
El principal motivo de descontento es el control a la distancia de 1,80 metros que debe haber entre la fachada y la terraza. Moro explica que “habrá hosteleros que tangan razón y otros que no, pero se están estudiando todas las quejas, intentando visitar todos los lugares para dar una solución tanto por parte del Ayuntamiento como por la asociación de hostelería”. “Pero son muchísimas terrazas y muchas quejas, por lo que vamos poco a poco solucionando los problemas”, añade.
No obstante, recalca que los profesionales del sector “no pueden decir que no los inspeccionen”, señalando que “la Policía está haciendo su trabajo”. “Si tengo las cosas bien, debería darme igual. Pero si me quejo de que me inspeccionan porque lo estoy haciendo mal, quizá debería hacer las cosas bien”, afirma.
Añade que “hay cosas que estamos viendo por parte del Ayuntamiento que no son normales, o no entendemos. En esos casos estamos yendo in situ al lugar, incluso con el concejal de Fomento, para intentar alcanzar una solución”.
Moro reitera en que “hay que cumplir la ordenanza, nos guste más o menos”, aunque reconoce que “está siendo un poco elástica y se pueden realizar cambios en casos concretos dependiendo de las circunstancias”.
“Por ejemplo, yo he estado con el concejal dando vueltas por un montón de sitios, mirando varios casos y diciéndole, ‘Fernando (Carabias), esto no lo veo normal, porque pasan coches al lado y es muy peligroso. Creo que en este sitio la terraza debe pegarse a la fachada porque es más fácil que se levante una persona y le pille un coche’”, explica.
Por otro lado, también “hay algún caso, aunque muchos menos” de hosteleros que se han quejado por el número de mesas y el control al que están sometidos. En este sentido, el presidente de la asociación profesional se muestra tajante. “No se puede poner una mesa más de las que se te han concedido. Quien ponga mesas de más sabe que le van a sancionar”.
Las multas
Respecto a las sanciones, “la cuantía de las multas varía dependiendo de si se tipifican como leves, graves o muy graves”. Así, “las hay de 600€, de 1.000€, de 3.000€ o incluso de 6.000€”, explica, añadiendo que “incluso en sitios donde la Policía pasa disuasoriamente advirtiendo de que está mal y no se hace el cambio, se están haciendo apercibimientos para llevarse la terraza”.
También “hay sitios, aunque no muchos, en los que algunos vecinos están denunciando situaciones como que no pueden pasar bien por la terraza, que una mesa interrumpe el acceso al portal, etc.”, indica. Sobre ello, Moro insiste en la importancia del “respeto”. “Hay que dejar al hostelero llevar a cabo su trabajo, pero este debe hacerlo conviviendo con el ciudadano y entendiendo que no todo vale. Todos debemos poner de nuestra parte para llevarnos bien”, apunta.
Reconoce que algunos profesionales del sector “están cabreados porque durante la pandemia valía todo, fue una pasada. Algunos tenían 25 mesas y ahora tienen 10. En ese momento el ciudadano aguantó mucho por tener coherencia con los hosteleros, pero ahora se está volviendo a ordenar la ciudad y nosotros tenemos que ser responsables y entender que no puede ser igual que entonces”, concluye, señalando que “muchas pataletas vienen porque queremos más de lo que tenemos”.
Desde los propios bares, los del centro de la ciudad son los que reconocen deben afrontar más inspecciones y más exhaustivas. “Están mirándolo todo, controlan mucho. A las 00:00 horas ya tienen que estar quitadas las terrazas, no recogidas y sin clientes, sino totalmente desmontadas”, lamentan desde uno de estos negocios, establecimiento que ha recibido “varios controles”.
En los barrios no existe “tanto control”, en cuanto al número de revisiones, como indica el responsable de un bar en el Barrio del Oeste. “Aquí solo han venido a revisar la terraza una vez este año y, como estaba todo correcto, no dijeron nada”. Si bien, coincide en que “en el centro controlan más”. Además, tanto unos como otros señalan que los controles al número de mesas en la terraza les parece “bien” porque “si te conceden unas determinadas mesas, no puedes excederte”.
10 comentarios en «Los hosteleros se quejan del exceso de celo en el control de las terrazas»
lo que hay q controlar es q limpien las terrazas al final de servicio y las mesas libres, q ninguno lo hacen y la ordenanza lo deja bien claro q deben recogerlas y barrer.la terraza y recogerlo no sacarlo fuera d su zona marcada
De qué habla esta gente?. No hay mas que darse una vuelta por la plaza mayor y su entorno, y con las ordenanzas en la mano todo son irregularidades. Si se avisa a la policia mal y ni caso. Las ordenanzas son papel mojado.
Creo que la normativa sobre terrazas, prohíbe tener encima de las mesas, cuchillos y tenedores y yo he observado sobretodo en la calle la Rúa, muchas mesas con estos servicios sin cliente alguno, con el peligro que esto conlleva.
es una vergüenza de saltarse las normas ….
solo sirven para multar a los que no tienen amigos , porque a los amigos ni se les mira,
Dicen de la «peatonalización» de las calles y en la que les interesa no pueden pasar los peatones
muy poco, por decir algo, ha mejorado la situación provocada por el abuso de las terrazas en la vía pública. La calle es el espacio común donde debe ser posible la convivencia, el paseo, el juego, el descanso, el encuentro… y aún no lo es. Nuestro gobierno municipal lo concibe exclusivamente como un lugar de: 1º de paso y 2º de negocio (hostelero).
O sea, que para proteger a los clientes de los coches «acercar las mesas a la fachada». Entonces ¿Por dónde pasan los peatones? Por la calzada para que los coches atropellen a los viandantes y no molesten a los clientes.
Por otro lado, ¿es que en Salamanca la única industria es la hostelería? Porque muchas de ellas impiden el acceso de los potenciales clientes a las tiendas y escaparates.
completamente de acuerdo, has dado en el clavo
Buitre: ave rapaz que se alimenta de la carroña.
Buitrera: lugar donde viven los buitres.
Señuelo: cualquier cosa que sirve para atraer,porsuadir o inducir, con alguna falacia.
Academia dixit.
Las terrazas utilizan un espacio público para uso privado. Privan de ese uso a los ciudadanos. No sólo dificultan el acceso a los vecinos, además generan mucho ruido y molestan a los vecinos que las tienen cerca. No estoy de acuerdo en que las terrazas estén pegadas a la pared. La gente invidente pasea pegada a la pared.
Lo de las terrazas ya es algo bochornoso. A este ayuntamiento sólo le interesa la hostelería, sin pensar que puede entorpecer el paso a viandantes o a personas con movilidad reducida. No todo vale con tal de llenar las arcas, las normativas están para cumplirlas. Las calles están hechas para el disfrute de todxs no de unas pocas personas o a que sean ocupada al antojo o con fines lucrativos por unos pocos. Basta ya, por favor!