“Somos un país mejor de lo que la gente se cree”

Jesús Juanes, ex presidente de Cruz Roja Salamanca
Jesús Juanes, ex presidente de Cruz Roja Salamanca.
Jesús Juanes, ex presidente de Cruz Roja Salamanca.

Hay una palabra que se repite durante la conversación con Jesús Juanes: voluntariado. El expresidente de Cruz Roja, institución humanitaria a la que ha estado vinculado en puestos directivos más de dos décadas, se emociona en varias ocasiones al hablar de la labor que hacen por los demás estos hombres y mujeres.
¿Quién saca beneficio diciendo que somos una sociedad cada vez más individualizada?
Las personas individualistas. Las personas que tienen un concepto de la vida muy en boga en este tiempo: ‘Yo me tengo que cuidar’; ‘Yo tengo que preocuparme de mí’; ‘Yo tengo que mirar para mi bienestar’,… no son capaces de decir: ‘Hay personas que están peor o en situaciones muy complicadas’. Ni tampoco: ‘Tengo que cuidarme y tener la capacidad de ayudar a personas que están peor que yo’.

Jesús. ¿Cuál cree que debe ser el patrimonio de una ciudadanía sana?
El voluntariado. La capacidad de ser voluntario en cualquier organización. No estoy hablando solo de Cruz Roja. La empatía de ponerse en el lugar de los demás y de mejorar un concepto que es muy antiguo, que no se utiliza ya casi nunca, que es la magnanimidad.

Es difícil de pronunciar.
Ya. Pero, la magnanimidad no es solo la capacidad de ayudar a los demás, que también, de procurar ser un ciudadano honrado, que cumple con su obligación, que también. La magnanimidad da un paso más, procura que los que están alrededor sean capaces de disfrutar del mismo bienestar.

Jesús Juanes, ex presidente de Cruz Roja Salamanca.
Jesús Juanes, ex presidente de Cruz Roja Salamanca.

Su experiencia como voluntario es un grado. ¿Qué recibe el voluntario?
(Silencio) El voluntariado es la experiencia más maravillosa, reconfortante, que te reconcilia con el mundo. En algún momento, cuando le agradezco el trabajo a los voluntarios, me han dicho: ‘Recibo más de lo que doy’. Siempre les digo que esas sensaciones, como dicen los andaluces, son para los ‘por dentros’. No se presume, no se cacarea, ni publicita. Lo que hace un voluntario tiene que ser por convencimiento y recibe una compensación personal íntima.

Al final lo trasladas, porque si estás tan enriquecido interiormente, eso se ve, aunque no lo cacarees.
Sí, se trasluce, porque la satisfacción, la sonrisa, el abrazo,… Esa sensación de sentimiento personal, cuando te quedas solo contigo y dices: ‘Bueno chaval, no lo has hecho mal del todo’. Pero, insisto, esto es para dentro, no presumáis, sentirlo interiormente.

Crisis, pandemia, crisis… Le ha tocado lidiar con las más feas.
Todo.

¿Qué fortaleza hemos sacado de tanta crisis? 
Hemos podido constatar la solidaridad de la sociedad. Es verdad que hay personas muy individualistas, pero creo que hasta estos, en la sucesión de crisis, muy especialmente en la Covid, han ayudado.

Jesús Juanes, ex presidente de Cruz Roja Salamanca.
Jesús Juanes, expresidente de Cruz Roja Salamanca.

Quizá porque estábamos todos.
Sí. En ese momento, éramos todos vulnerables y teníamos necesidades. A todos se nos abrió el corazón y fuimos capaces de apoyarnos.

¿Cómo la vivieron en Cruz Roja?
Nos dimos cuenta muy pronto de cómo era la dimensión. Recuero el 9 de marzo de 2020, en una reunión que teníamos programada, vimos que lo que venía era muy grave. Teníamos que darle un carácter de emergencia humanitaria. El coordinador estaba acostumbrado a este tipo de emergencias, había trabajado en Hispanoamérica y sabía lo que era.

Por dónde se empieza…
El primer impulso era ayudar a todas las personas que sabíamos que iban a venir, pero no podíamos dejar de atender a los que antes del 9 de marzo ya eran vulnerables, ya nos necesitaban. Teníamos que seguir con ellos. Tuvimos que suspender algunas actividades, como el centro de estancias diurnas, las reuniones de los grupos de voluntarios,… A los que atendíamos en el programa de drogodependencia había que seguir atendiéndolos y así muchas personas. Tenemos que ser capaces de ofrecer la ayuda humanitaria y a las personas a las que ya, en ese momento, veníamos atendiendo.

¿Cómo lo hicieron?
Establecimos que por seguridad, los voluntarios mayores de 55 años no podían intervenir, ahora estoy pensando que yo tenía más edad, se produjo un bajón de voluntarios. Hicimos un llamamiento rápido y en dos días recibimos casi 400 solicitudes de personas voluntarias. El 70% tenían entre 25 y 30 años. ¡Increíble!

¿Los tuvieron que formar?
Sí. Les dimos una formación rápida. Fue un trabajo… Ahora que lo recuerdo, se me ponen los pelos de punta. (Se emociona y no será la única vez)

¿Cómo se hizo el trabajo?
Tuvimos que romper con un criterio de ayudar a las personas que nosotros habíamos adoptado en el año 2011, 2012, y es que cuando una persona tenía necesidad de alimentos, no podíamos decirle: ‘Ven a buscar una bolsa de alimentos’, porque ya no creíamos en ese modelo. Había que defender la dignidad de esas personas y familias. Lo que veníamos haciendo era analizar la situación de toda la familia y organizar un plan de ayuda. Para la carencia de alimentos, les dábamos una tarjeta e iban a una superficie comercial y compraban como todos. Evidentemente, había un control de los alimentos que adquirían, pero si esa familia compraba una chuche, formaba parte de la dignidad de la persona. Este plan lo tuvimos que suspender durante dos meses.

¿Qué se les ocurrió?
Tuvimos que organizar a todos los que eran aptos para trabajar para hacer el trasvase de datos, volvimos a las bolsas de alimentos, pero sabíamos a quién se lo dábamos y cuánto le dábamos. Por darle una respuesta a los financiadores que nos ayudaban, cuánto, a quién y la cantidad de dinero que se les daba a cada familia.

¿Sabían que podrían retornar a las tarjetas?
Sí. Duró hasta el verano del 2020. Luego nos reorganizamos y volvimos a las tarjetas de crédito, con el mismo control. Nosotros tenemos un principio básico: la transparencia que hay que tener con la ayuda que nos dan. Especialmente, con los socios de Cruz Roja.

Son los cimientos.
Efectivamente. Cuando llegué en 2007 éramos 6.800 socios; en el 2012, 12.000 y ahora somos 14.000 socios. Personas que todos los meses, años,… son capaces de seguir financiando buena parte de la institución. A ellos hay que darles respuestas, las gracias y la información que tienen que tener.

Jesús Juanes, ex presidente de Cruz Roja Salamanca.
Jesús Juanes, ex presidente de Cruz Roja Salamanca.

De todas las crisis, ¿Cuál ha sido la peor?
La de 2008. Fue muy duro desde el 2011 al 2015. Esa crisis estaba en un 95% vinculada a la falta de empleo. Nos volcamos en los planes de empleo, les facilitábamos herramientas a las familias, alimentación si la necesitaban, ayudas para los miembros de la familia. De alguna manera, intermediábamos para que encontraran empleo. Hacíamos cursos para que estas personas se puedan incorporar.

Salimos de aquella y vinieron éstas.
Sí, cuando creíamos que íbamos a respirar, vino la guerra de Ucrania y la crisis de refugiados. Buscarles empleo, vivienda,… Un trabajo que llevamos haciendo desde hace 30 años, pero este aluvión fue muy grande. Hemos ayudado a personas de Afganistán, Siria, Guatemala, Venezuela,..

Si en la crisis del 2008 se hablaba de una pérdida de valores. ¿De qué hablamos ahora?
Recuperación de ciertos valores. La sociedad está más implicada. Notamos mucho respaldo social y de las instituciones.

En el 2008 veníamos de la abundancia.
Eso es. Nadie sabía qué era esto. Decían: ‘¡Y estos por qué piden ahora!’ A partir de 2010, 2012,.. recuero que duró hasta el 2015 o 2016. Ahora nos ayudan más. Tenemos mucho respaldo del mundo empresarial. Colaboran en el plan de empleo, a la hora de facilitar el trabajo a personas con dificultad; para que se formen en sus empresas,… Tenemos un plan de empleo muy potente. Solo tenemos una pena.

Aproveche. ¿Cuál es?
(Risas) Que no tenemos un lugar adecuado para gestionarlo. Cuando hicimos la sede, pensamos que iba a servir para 40 años, y es mentira, duró para cinco o seis años.

Aquí queda la petición de que necesitan locales.
(Risas)

Jesús Juanes, ex presidente de Cruz Roja Salamanca.
Jesús Juanes, ex presidente de Cruz Roja Salamanca.

¿El que quiere salir del agujero sale?
Sí. Estoy pensando en nuestro plan de drogodependencia. El que quiere salir, sale. Es difícil. Hay que ayudarle, se tiene que dejar ayudar, pero si es capaz de pedir ayuda, la va a tener en Cruz Roja o fuera de nuestra organización. Es posible salir de esas situaciones. Quiero ser optimista. He visto muchos ejemplos, que son capaces y ahora los ves y te dicen: ‘Estoy bien’.

¡Qué sensación tan buena!
Sí. Hace unos días pregunté por una persona y me dijeron que estaba trabajando en un supermercado, tiene su familia… Se sale.

¿La sociedad ayuda al que de verdad quiere mejorar?
(Silencio) Vuelvo a ser optimista. Al que se plantea su vida con interés, sale. Hay organizaciones que son capaces de ayudar, no solo Cruz Roja, hay asociaciones que apoyan muy bien, pero tiene que haber una voluntad de salir. Tiene que tener un poco de fortuna en determinados momentos, pero va a tener apoyo. Cruz Roja es capaz de acoger a todas las personas que tienen dificultad y con un concepto muy amplio.

¿A qué se refiere?
Es el marco de atención a las personas. Tiene que ver con que antes llegaba una persona a una institución como Cruz Roja y nos decía: ‘Necesito comer de aquí a final de mes’. Nosotros le hacíamos un estudio ligero y se le ayudaba si era posible, si nuestros recursos nos lo permitían.

¿Ahora?
El concepto ha cambiado. Ahora, cuando llega una persona a pedir cualquier ayuda, pasa a nuestro departamento de acogida y hablamos de todo. ¿Cuál es tu situación familiar? ¿Cómo están tus hijos? ¿Los niños van al colegio? ¿Tienen cuadernos, libros, juguetes el día de Reyes? ¿Tu mujer, marido trabaja? ¿Qué os gusta hacer? Lo que intentamos hacer es un tratamiento global. Mientras la madre está haciendo un curso en el centro de formación y el padre está trabajando, los niños pequeños se encuentran en nuestro centro infantil, mientras los padres están fuera.

No solo es comer.
Eso es. Nosotros atendemos a sus hijos si es necesario para que padres o madres realicen un curso de formación. Este es el concepto con el que atendemos a las familias. Cuando llega el mes de septiembre, hacemos la campaña de apoyo escolar, en colaboración con la Fundación Carrefour y allí recaudamos material escolar para repartir entre 500 o 700 niños en la provincia.

Nadie sabe de dónde han venido.
No. Además, los niños no tienen que saber de dónde vienen. Lo mismo ocurre cuando llega Reyes. Tenemos donaciones de empresas, de particulares, de organismos,… recaudamos muchos juguetes, nosotros ‘hablamos’ con los Reyes Magos y son ellos los que ponen los regalos a los niños.

Jesús Juanes, ex presidente de Cruz Roja Salamanca.

 

Más de dos décadas entre vicepresidente y presidente de Cruz Roja. Con esa experiencia. ¿Somos racistas?
No. Tenemos muchos ejemplos. Es un problema exclusivo de un deporte determinado. No ocurre en otros deportes. En tenis no he visto nunca algo así, lo mismo que en baloncesto, que hay jugadores de color. He visto a personas que están con nosotros en tiendas o comercios, no se rechaza a nadie. Hay problema de educación. España no es racista, en España puede que haya racistas, pero, ni mucho menos son la mayoría.

¿Acogemos bien a los inmigrantes?
Sí. He estado trabajando en la tesorería de la Seguridad Social muchos años y los que vienen de fuera se encuentran con las mismas dificultades que tenemos los demás. Somos un país mejor de lo que creemos. Somos un país mejor de lo que la gente se cree. Somos muy acogedores. Somos un buen país.

¿Qué imagen/es se llevará en su corazón?
(Se emociona) No sé si te lo voy a poder decir. (Silencio) Una imagen de dos voluntarias yendo a la catástrofe del 11M. Le puse la mano en el hombro, sin hablarle, sin decirle nada. Regresaron a Salamanca de madrugada, fui a verlas. (Se emociona) Tremendo.

¿Cuál en su cabeza?
Siempre son imágenes de voluntarios y voluntarias. La respuesta de los voluntarios de La Alberca, en el mes de junio de 2022, que acababan de organizar su equipo de respuesta básica en emergencias. Una voluntaria me llamó por teléfono y me dijo: ‘Soy voluntaria de La Alberca, te llamo para llorar contigo. Me he sentido válida, querida e importante’. Le dije que fuera importante para ella, que no presumiera. Dímelo a mí, te lo agradezco en el alma.
Mis momentos más intensos están vinculados con el trabajo que hacen voluntarios y voluntarias que vuelven de acompañar a personas necesitadas, como cuando llamas a una persona de madrugada para decirle que tiene que ir a ayudar a una mujer maltratada y a su hijo y llevarlos al centro que hay en Valladolid y te dice: ‘Ahora mismo voy’. Son capaces de venir de madrugada para ayudar, sabiendo que al día siguiente tienen que ir a su trabajo. El presidente no hace nada, lo hacen ellos. (Se emociona)

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