El centro de Salamanca tiene algunos refugios para protegerse del sol cuando el calor aprieta. Son rincones verdes urbanos (unos más que otros) con encanto en el casco histórico de Salamanca por redescubrir y para reposar de las altas temperaturas este verano. Espacios naturales rodeados de cultura e historia de la ciudad:
– Huerto de Calisto y Melibea: Además de uno de los pulmones verdes del casco histórico de Salamanca, es un espacio sumamente sugerente y evocador, lleno de magia y misterio. En sus largos siglos de historia ha ido acumulando un patrimonio cultural agrícola en forma de un aljibe, un pozo y árboles centenarios.
– Campo de San Francisco: Parque que se ubica sobre parte del terreno en el que estuvo la huerta del desaparecido Convento de San Francisco el Grande. Uno de los parques históricos de la ciudad con amplia zona de sombra y columpios que cada verano alberga actividades educativas en torno a la lectura.
– Plaza de Colón: Uno de los principales jardines con historia de Salamanca, que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo y cuyo origen se remonta al siglo XV. Un rincón con una importante masa arbórea que acoge, además, un circuito de aparatos biosaludables y una zona de juegos infantiles para el disfrute ciudadano.
– Plaza del Concilio de Trento: Una de las plazas más espectaculares y agradables de la ciudad junto a San Esteban. La monumentalidad de sus edificios se complementa y enriquece con el delicioso sosiego que encontramos en sus jardines enmarcados por cedros también monumentales.
– Plaza de San Cristóbal: Un espacio verde situado en el perímetro del casco histórico de Salamanca. Su limitado tráfico rodado, su considerable zona ajardinada y la amplitud de su cielo libre de edificios, generan un rincón amable y muy disfrutable en el área comprendida entre la Gran Vía y el Paseo de Canalejas.
– Plaza de San Justo: Esta pequeña plaza, en pleno centro histórico de la ciudad, ofrece una parada al abrigo de la sombra de sus árboles y características pérgolas. El lugar recibe el nombre de la iglesia románica que estuvo situada en este lugar y fue derruida en 1880.
– Jardín de la Merced: Este rincón verde ofrece un remanso de sombra y descanso en pleno casco histórico. Desde su mirador se disfruta de una de las mejores vistas del valle del Tormes y uno de los atardeceres más especiales de la ciudad. Lo que hoy es un agradable espacio natural fue, en el pasado, un lugar cargado de joyas arquitectónicas.
– Jardín de la Ronda de Sancti Spiritus: Verde y oro se unen una vez más en este rincón verde cargado de encanto. Un jardín en el que, al abrigo de la parroquia de Sancti Spiritus, uno de los templos más significativos de Salamanca, se puede disfrutar de la sombra de los árboles en un entorno rodeado de piedra e historia.
– Jardines de Santo Domingo de la Cruz: Cultura y naturaleza se unen en este espacio. La Sala de exposiciones acoge una exposición permanente formada por obras del escultor Venancio Blanco y se encuentra enmarcada por unos agradables jardines que, en verano, son el escenario perfecto para refrescarse y en ocasiones, para disfrutar de conciertos u otros eventos al aire libre.
– Jardín interior del Colegio Arzobispo Fonseca: El Colegio Arzobispo Fonseca es un monumento declarado Bien de Interés Cultural y uno de los viejos Colegios Mayores salmantinos que se conserva. En su interior alberga un corazón verde que merece la pena descubrir y disfrutar.
– Patio de la Escuelas Menores: En la misma línea que el ejemplo anterior, este edificio histórico se organiza en torno a un jardín interior que merece una visita. Este patio verde está rodeado de patrimonio monumental que proporciona sombra y frescor en las jornadas estivales.
– Aula Verde ‘Blanca Catalán de Ocón’: Este rincón verde se ubica en un pequeño pinar del campus universitario de la Universidad de Salamanca donde se han instalado bancos y especies de plantas y arbustos autóctonos. Un espacio concebido para impartir clases en un ambiente que invite a la reflexión y el intercambio, que nunca cierra y que cualquier ciudadano puede disfrutar.
– Vaguada de la Palma: Este espacio que invita al descanso bajo las ramas de sus numerosos árboles es, en realidad, un valle formado por la labor erosiva junto al Cerro de San Vicente, origen de la ciudad hace más de dos milenios. Desde su mirador se puede disfrutar de una excelente panorámica de Salamanca.
– Paseo de Carmelitas: Rincón verde con forma de bulevar, repleto de bancos que invitan al descanso a la sombra de los árboles y sus característicos arcos. En su trazado podemos encontrar el arco de entrada al antiguo Convento de las Carmelitas Descalzas de San José y es uno de los pocos restos que se conserva de él.
– Bulevar de la Calle Balmes: La pérgola que enmarca el pasillo central de este bulevar es la absoluta protagonista de este histórico espacio de la ciudad junto a la Facultad de Ciencias y la escultura de Elio Antonio de Nebrija. Las ramas retorcidas de la glicinia se enroscan sobre la estructura metálica ofreciendo una sombra fresca en verano y ofreciendo un bello espectáculo de flores color lila durante la primavera.