Crème de la Mer fue concebida en 1965 por Max Huber, un físico aerospacial de la NASA, tras sufrir un terrible accidente: La explosión de un experimento rutinario cubrió su rostro de severas quemaduras químicas. Ni la cirujía ni la ciencia le ofrecieron demasiadas esperanzas, así que Huber decidió ayudarse a sí mismo.
Doce años y seis mil experimentos después, perfeccionó la crema que le ayudaría a dar a su piel un aspecto increíblemente más terso y uniforme. Nacía Crème de la Mer, la crema del mar.
Más de 40 años después Crème de La Mer sigue siendo todo un éxito y por ello quiere llegar a sus manos a través de El Corté Inglés de Salamanca desde ahora.
“Gracias a la nueva apertura, las salmantinas tendrán la posibilidad de conocer y sentir los magníficos beneficios que aporta Crème de La Mer, la cual es compatible con todos los tipos de piel, ayuda a calmar hasta las pieles más sensibles obteniendo un saludable equilibrio, la piel se vuelve más suave al tacto, más firme y consecuentemente más joven” manifestaban en la inauguración los responsables de de la firma.